El siglo XVI da al edificio un enorme enriquecimiento con importantes obras en la parte mudéjar, que completan las dependencias de Pedro I. Isabel la Católica, para controlar los bienes y enseres procedentes del Nuevo Mundo, crea la Casa de la Contratación en 1.503, que resultan en unos almacenes y viviendas para los regidores. La Sala de Audiencias más el Salón del Almirante, es lo que queda de todo ello. La primera es una sala cuadrada con un rico artesonado, con figuras geométricas del siglo XVI policromadas y doradas. Hay un retablo con la Virgen de los Navegantes de Alejo Fernández, procedente del oratorio y es la primera expresión conocida del descubrimiento de América.
El Salón del Almirante es rectangular y ahora se dedica a eventos oficiales y culturales. De sus paredes cuelgan grandes retratos de nobles y monarcas de los siglos XIX y XX.
Con Carlos III no hay ninguna remodelación de interés, más con la llegada de los Borbones si habrá un gran esplendor, por ser las estancias oficiales de la familia real y su corte.
Fernando VII manda hacer varias reparaciones, algunas muy lamentables, como encalar las yeserías del Patio de las Doncellas, anulando su magnifico cromatismo estilo árabe. Con su hija Isabel II, el palacio sirve de vivienda a su hermana Luisa Fernanda, casada con el Duque de Montpensier, padres de la malograda María de las Mercedes, primera esposa de Alfonso XII, fallecida a los seis meses de su boda con solo dieciocho años. Entonces se producen grandes obras de restauración.
Ya en tiempos actuales, en que la titularidad del edificio ha pasado al Ayuntamiento de Sevilla, se ha dejado no obstante el cuarto real de la parte alta con sus dependencias, para uso exclusivo de la familia real cuando vienen a la ciudad. Se puede considerar que es el palacio en activo mas antiguo de Europa.
JARDINES
Vemos un primer cinturón con muchos naranjos que embellecen y proporcionan una exquisita fragancia en primavera, que forman parte de los jardines hispano-musulmanes. A partir del siglo XVI, se modernizan los jardines y ahí vemos varios con nombres distintos y fuentes cantarinas, como el llamado Jardín del Príncipe y el de las flores de azahar con un estanque revestido de azulejos y en él muchos peces de colores y una pequeña gruta adornada con nácar, conchas y caracoles procedentes de las playas de Cádiz. En el Jardín de la Galera, vemos una columna que se puso en 1.991, en recuerdo del rey Almutamid, con una leyenda que dice: “La ciudad de Sevilla al rey Almutamid Ibn Abad en el IX centenario de su triste destierro. 7 de Septiembre de 1.091- Sevilla 1.991”. Y en el reverso leemos:
“Dios decrete en Sevilla la muerte mía y allí se abran nuestras tumbas en la resurrección”.
Como no cabía esperar de otra manera, gran exposición y aporte hermana María de Aquitania.
Non Nobis.