Podemos encontrar esa dualidad en Montuiri, junto a la parroquia cerca de la calle del Pou del Rey, donde nos encontramos con una cruz potenzada de aspecto espinoso sobre un capitel octogonal, que también tiene un Cristo crucificado y a otro en Su trono, y recordemos que esta población perteneció a la Orden del Temple. Así mismo, en la parroquia de Porreras, que también perteneció a la Orden, encontramos una cruz Patriarcal procesional Templaria. La citada cruz es de plata y esmaltada en sus cabos la cual también tiene representados a los dos Cristos.
Esta es una forma realista que tenían los Caballeros Templarios de ver y recordar la vida de Nuestro Señor Jesucristro, al igual que sucede con las Vírgenes Negras o morenetas, o los Cristos negros, que es como se les llama. Si tenemos en cuenta que tanto Belén como Jerusalén están en lo que conocemos geográficamente como Oriente y que allí las personas son de tez y piel oscura (morenas=moneretas), entenderemos el por qué durante la época Templaria aparecieron toda esa cantidad de Vírgenes morenetas, la de Lluch por ejemplo y de otros tantos, aunque en menor cantidad, de Cristos de piel oscura.
Es un tema de lógica, ya que allí ni existen ni han existido personas de tez pálida, aunque también hemos de tener en cuenta que esa blanca palidez es sinónimo de pureza, no obstante, gusta más emplear la lógica y ser realista, por lo que nos inclinamos más por las Vírgenes y Cristos de piel morena; además, hay que destacar, que es mucha la gente que siente devoción por estas Vírgenes, como es el caso de la Virgen del Pilar en Zaragoza y otras muchas que están repartidas no sólo a nivel nacional y español, sino mundial.
El Lignum Crucis
Si el culto al signo de la cruz y en su máxima representación expresada en los fragmentos de la llamada Vera Cruz, alcanzó gran extensión y reconocimiento popular y más éxito obtuvieron las reliquias que del madero sagrado estaban conservadas en los llamados Lignum Crucis, que eran representados con la forma de cruz Patriarcal, siendo a partir de estas, cuando aparecen las famosas cruces Talismánicas que tanta veneración han suscitado y suscitan, como es el caso de la Cruz de San Zacarías, Cruz de la Luna, Cruz de San Bartolomé y otras muchas, representadas siempre con la forma de la cruz Patriarcal con cuatro brazos y se dicen poseedoras de algún poder mágico-terapéutico.
Estas cruces que alcanzan una gran fama, suelen estar en posesión de alguna casa sagrada del Temple y los monjes guerreros solían utilizarlas en las ceremonias y rituales de admisión de nuevos miembros en la Orden, en las que el aspirante a Caballero del Temple, debía jurar por su vida fidelidad a la Orden y a su Regla ante el Lignum Crucis que le presentaba el Maestre.
También el Lignum Crucis presidía otros ritos de los Caballeros, ya que también estaba presente en la festividad de la Candelaria (Virgen Negra), fiesta que obligatoriamente debía celebrarse en las Encomiendas Templarias, según el artículo 75 de la Regla primitiva.
Non Nobis
Orden del Temple+++