Su historia es ciertamente misteriosa, y se compone parte de leyenda, otra de tradición, y algo de estudios por parte de los expertos en arte.
Se cuenta que el rey Fernando III, venía con sus ejércitos a rescatar la ciudad de Sevilla, que estaba bajo dominio musulmán. Antes, se habían reconquistado las ciudades de Córdoba y Jaén, hasta que se encuentra el monarca ante las puertas de la ciudad. La leyenda relata que estando ya tan cerca, el rey tiene un sueño en el que la Virgen se le aparece, estando él doliente de una enfermedad que le aquejaba, y a pesar de ello seguía con valor la lucha contra los musulmanes. Pidiendo Su ayuda, la Virgen le socorre en la batalla, a la voz de “Valme, Señora”, ganando la misma.
El rey sigue viéndola en sus sueños de manera continua, y al fín consigue despues de un gran asedio, entrar en la ciudad de Sevilla. Se dice, que unos peregrinos extranjeros le tallaron en unas horas la imagen de la Virgen y luego desaparecieron porque en realidad se trataba de unos ángeles. Pero fuera de la leyenda, la crónica cuenta que la imagen de la Virgen, fue un regalo del rey Luis de Francia, que era primo de Fernando III, para festejarle por la conquista de la ciudad de Sevilla.
La imagen de la Virgen, es una talla en madera policromada, de 1.76 cms. con un bello cabello de seda, estando sus pies recubiertos de cordobán. Está articulada en los brazos, piernas y cintura, para que pueda colocársele en diversas posturas. Se encuentra en posición sedente, en una jamuga como las que se usaban en los lomos de los caballos para su uso por las reinas o damas de la nobleza, con objeto de que llevaran una postura majestuosa. Lleva en su regazo la figura también en madera policromada y vestida de Jesús niño, de 64 cms. Ambas esculturas son del siglo XIII. Preside la Capilla Real de la Catedral, y a sus pies se encuentra una urna de plata con el cuerpo incorrupto del rey San Fernándo, patrón de la ciudad, habiendo también en esa capilla, tanto en la cripta como en los laterales superiores, los mausoleos y sepulturas de varios reyes y reinas de la época.
Se considera una imagen muy milagrosa, a la que veneran los fieles en grado sumo, celebrándose su festividad el día 15 de Agosto, día de la Asunción, saliendo en procesión bajo palio y adornada con enormes ramos de nardos, dando la vuelta por las calles que rodean la Catedral, mientras todo el cuerpo de campanas de la Giralda repican en Su honor.
Extraordinaria aportación hermana María!.
Quienes hemos tenido el placer de visitar la catedral de Sevilla y poder ver a Nuestra Señora de los Reyes, hemos podido comprobar su gran belleza y majestuosidad, ¡¡no pasa desapercibida!!
Non Nobis.
Un par de cuestiones, a saber:
Según parece, la imagen fue encargada por Fernando III para conmemorar su victoria en el cerco a la Ixbiliya andalusí. La primera que se le presentó no fue de su agrado, por lo que fue desechada. Es la que actualmente se puede ver en la basílica del Salvador. La segunda fue la que se consagró como Virgen de los Reyes.
Por otro lado, el monarca castellano llevaba siempre consigo, según tengo entendido, la Virgen de la Antigua, no la Virgen de las Batallas. Era un pequeña imagen que iba sobre el arzón de la silla de montar, tal como lo vemos en la estatua que se contempla en la plaza Nueva de Sevilla.
La reconquista estuvo rodeada, como era habitual en la época, de leyendas milagrosas, tales como la fuente que el maestre de Santiago, Pelayo Pérez Correa, hizo manar de las piedras, o como el sol detuvo su curso por interseción virginal, también por invocación del mencionado maestre, lo que dio origen al monasterio de Tentudía.
Gracias por tu primera aportación Amo del Castillo.
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