Este es el más grande documento cristiano, y fue concebido por Jesús el Cristo muy cuidadosamente. Todas las confesiones cristianas lo utilizan y es en lo único que coinciden. El que trata de seguir el camino trazado por Jesús, debe rezarlo a diario y hacerlo inteligentemente. Esta gran oración, es una fórmula compacta para el desarrollo del alma. La adquisición intelectual de conocimientos nuevos, no opera cambio alguno en el alma y el Padre Nuestro, está preparado para que se efectúe ese cambio. Ahora, vamos a desglosar y analizar las frases de ésta bellísima y profunda oración.

PADRE NUESTRO
Este encabezamiento, por si solo, es todo un sistema de teología y aquí Jesús, establece la relación entre Dios y el hombre, Su hijo. Esto elimina, que Dios pueda ser ese tirano implacable que se nos presenta a menudo desde hace tantísimos años, (algunos cientos en realidad), y de lo que se han valido los jerarcas del poder espiritual para oprimir al hombre y hacerle ver que está separado de Dios y la eterna condenación como resultado de sus faltas, sin tener en cuenta que Dios es Justicia, pero también es Padre Misericordioso.
Así mismo, establece la naturaleza del hombre, porque si es Su hijo, tiene que participar de la naturaleza de su Padre; esto es una Ley Cósmica, por tanto, el hombre tiene que ser también espíritu, aunque las apariencias digan lo contrario. No acabamos de entender, que el hombre es el resultado de un espíritu que utiliza un cuerpo físico y no a la inversa.
Con estas dos palabras: Padre Nuestro, Jesús elimina de golpe el 90 % de la vieja teología del Dios vengativo, el fuego del infierno y todas las demás horribles creaciones producto de las mentes atormentadas. Dios existe y es el Padre de toda la humanidad. Si comprendiéramos esto, dificultades y enfermedades desaparecerían, porque sus raíces hallan sustento en el miedo, en el temor.
Vemos también, que no dice Padre Mío, sino Nuestro, lo que significa la fraternidad y la hermandad entre los hombres. Con esto, se pone fin a la raza elegida o superioridad de un grupo sobre otro. En consecuencia, debemos orar no solo por nosotros mismos, sino por toda la humanidad. Con estas dos palabras, Jesús ha hecho un explosivo espiritual, capaz de destruir todo el sistema creado por los hombres para esclavizar y subyugar a sus hermanos.

QUE ESTAS EN LOS CIELOS

Jesús, sigue explicando la naturaleza de Dios y describiendo los hechos fundamentales de la existencia. Después de decir que Dios es Padre y el hombre Su hijo, expone sus funciones en el sistema del Universo y explica que es propio de la naturaleza de Dios estar en los cielos y la del hombre estar en la Tierra, porque Dios es Causa y el hombre es manifestación. La expresión de la Causa, no puede ser la Causa misma y hay que tener cuidado con esta confusión.

La palabra cielos, no significa un lugar geográfico, cósmico o donde queramos situarla, fuera de nosotros. Cielo en realidad, lo que quiere expresar es un estado, que da lugar a la Presencia de Dios. En metafísica, Dios es lo Absoluto y Su Reino es el del Ser más puro, las ideas y arquetipos. La palabra Tierra, significa manifestación, y es función del hombre manifestar o expresar a Dios, por tanto, Dios se expresa a Sí mismo por medio del hombre y el destino del hombre es expresar a Dios por toda suerte de medios: Su cuerpo, su casa, su trabajo, su ocio, etc. Expresar, significa sacar a la luz lo que ya existe, en nuestro caso el espíritu. Vivir en la manifestación sin preocuparnos de la Causa, es ateísmo o materialismo. Lo importante, es saber donde está Dios y el hombre, y que cada uno tiene su papel en el orden universal.
SANTIFICADO SEA TU NOMBRE
¿Qué significa santificado?. Etimológicamente, vemos que es lo mismo de sano, salud, santo y saludable. Así la naturaleza de Dios, se nos revela no solo como digna de veneración, sino completa y perfecta, por tanto, todo lo que de Él proceda, no puede ser menos que santificado también. De ahí se desprende, que Dios no puede, como mucha gente dice, enviar la adversidad, accidentes, muertes, enfermedades etc., porque esas cosas van en contradicción con Su propia naturaleza.
VENGA A NOSOTROS TU REINO
El hombre, como manifestación de Dios, tiene un destino ilimitado. Su obra consiste en expresar de forma concreta, las ideas abstractas que Dios le proporciona y para esto, necesita estar dotado de Poder Creador, ya que sin él, sería un autómata manejado por Dios. Dios se individualiza en puntos focales de conciencia y cada uno tiene una percepción distinta e individual de apreciar el Universo.
Individuo, significa indiviso y la conciencia de cada ser es distinta a la de Dios y a la de otros seres humanos, y no obstante, no pueden ser separadas en el Reino Espiritual que es infinito. Con nuestra conciencia tridimensional no podemos ver esto, pero podemos comprenderlo intuitivamente a través de la oración.
Venga Tu Reino, significa que es nuestro deber estar siempre ocupados en ayudar a establecer el Reino de Dios en la Tierra y manifestar las ideas de Dios. Esa es nuestra misión, mas allá de donde nos encontremos en esta vida. Dios tiene para nosotros proyectos maravillosos y debemos comprender, que si nuestra vida es mezquina, la culpa es nuestra en realidad, por habernos apartado de lo que era nuestro objetivo principal. Recordemos que la ignorancia, no nos exime del cumplimiento de la Ley.
Si descubrimos Su Plan y lo llevamos a cabo, todas las puertas se abrirán ante nosotros, disfrutaremos del éxito y el bienestar económico y la felicidad inundará nuestra vida.
Pero en lugar de ocuparnos de los asuntos de Dios, nos ocupamos en realidad sólo de los nuestros; y todos nuestros males, se originan en esta insensatez. Si buscamos solo nuestro bienestar personal en vez de servir a Dios, estamos guardando para nosotros toda clase de obstáculos, aunque no lo parezca, de momento.
Y HÁGASE TU VOLUNTAD ASI EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO
Aquí se nos indica claramente, que lo que es arriba es como lo que es abajo, y que de realizarse la Voluntad del Padre en esta Tierra, tendremos todo lo que incluye ese estado del Ser en el cielo, pero no como una subyugación de nuestra voluntad ante un imperativo superior, sino como reconocimiento de que el cumplimiento de la Voluntad de Dios, es la máxima expresión del goce tanto espiritual como terrenal.

EL PAN NUESTRO DE CADA DIA DANOSLE HOY

Nosotros, debemos contar con Dios para todo lo que necesitemos. El pan, no solo significa el alimento físico, sino todo lo que el hombre necesita para disfrutar de una vida sana, feliz, libre y armoniosa. Pero para ello, tenemos que demandarlo, reconociendo que Dios en la Fuente de todo nuestro bien. El número de canales es infinito, la Fuente es una. Si un canal se obstruye, otro se abrirá. Con Él, no tenemos nada que temer, se encargará de nosotros, nos proveerá y enseñará.
También guiará nuestros pasos de forma que no cometamos errores; este es el sentido de Emmanuel o Dios con nosotros, y eso significa un cierto estado de realización, es decir, de cierta experiencia consciente y no un conocimiento teórico. Cierto que debemos empezar por pensar en Dios, pero eso debe conducirnos a la realización de Su Presencia, que es el pan o maná.
Este es el punto esencial, la realización o la experiencia en Dios es lo que importa; eso es lo que marca el progreso del alma, lo que asegura la manifestación de Dios en nosotros. Cada uno lo tiene y posee en su interior todas las cosas en verdad y en hechos.
El más corriente error, es pensar que basta un reconocimiento formal de Dios o hablar de cosas espirituales es lo mismo que poseerlas. Por eso muchas personas, oran durante años sin resultados, porque si la oración es una fuerza viva, es imposible orar sin que un resultado se produzca. Nadie puede hacer por nosotros lo que es nuestra propia misión: Realizar la Presencia de Dios. Podemos y debemos ayudar a otros a sobrellevar ciertas dificultades, pero nadie puede sentir ni pensar por otro.
Hablando de este Pan de Vida, Jesús lo llama el pan cotidiano por una razón fundamental: Nuestro contacto con Dios debe ser latente y vivo; es nuestra actitud hacia Dios lo que gobierna nuestro Ser y no debemos vivir en el pasado, porque eso es morir. El arte de la vida, es vivir el presente y hacer cada momento actual tan perfecto como sea posible, pensando que somos instrumentos y la expresión viva de Dios. En realidad, no tenemos mucha conciencia de que somos un Templo de Dios Vivo.
Y PERDONANOS NUESTRAS DEUDAS, ASI COMO NOSOTROS PERDONAMOS A NUESTROS DEUDORES
Esta cláusula, es el centro de gravedad de la oración, la llave de todo tratamiento espiritual. Jesús ha compuesto esta oración que se corresponde con los sucesivos desarrollos del alma. No omite nada que sea indispensable para nuestra salvación.
El perdón de lo que llamamos pecados, que en realidad son ausencia de virtudes como por ejemplo: Ausencia de paciencia = a ira; ausencia de generosidad = a egoísmo, soberbia = a falta de humildad, etc., es el problema central de la vida; es una sensación de estar separado de Dios y la tragedia mayor de la experiencia humana. Sus raíces están en el egoísmo, ya que el pecado es un esfuerzo para obtener un bien al que no tenemos derecho en justicia. Nuestro Ser real es uno con Dios y además somos Uno con todos los hombres. El mal, la caída, es la negación de esta idea en nuestros pensamientos. Tratamos de vivir sin Dios, como si tuviéramos una vida independiente, un espíritu separado y nuestros intereses fueran distintos de los Suyos. Si eso fuese así, el universo sería un caos y se regiría por la Ley de la jungla. Los que se conducen como si esto fuera así, es donde se encuentra la base del pecado en todas sus manifestaciones y antes de comenzar nuestra andadura espiritual, hay que cortar con esa cosa maligna.
Cuando nos encontramos en la fase del perdón, nos encontramos en un callejón sin salida: Tenemos que perdonar a todo el que nos ha ofendido. Jesús no da ningún rodeo a este aspecto tan importante. Es preciso perdonar a nuestros enemigos con toda sinceridad o no repetir jamás esta oración. Jesús no dice “perdóname mis deudas y yo trataré de perdonar a otros” o “voy a perdonar pero con excepciones”. Él, nos obliga a declarar que hemos perdonado a todos de verdad y que de ese perdón depende el nuestro. No podemos demandar nuestra libertad, antes de que hayamos liberado a nuestro hermano. El perdón de las ofensas es el vestíbulo del cielo y Jesús, sabiéndolo, nos ha conducido a la puerta.
También hemos de aceptar todo sentimiento de remordimiento, porque Dios también les perdona y si nosotros no lo hacemos, no podremos alcanzar ningún progreso espiritual. Si nuestras oraciones no tienen respuesta, indaguemos en nuestra conciencia y veamos si hay alguien a quien todavía no hayamos perdonado o hacia quien tenemos un sentimiento de hostilidad. Si es así y le perdonamos, podemos demostrar en nuestra vida la presencia de Dios. Es una verdad cósmica que se necesitan dos para hacer un prisionero: Éste mismo y su guardián. Mientras tenemos resentimientos contra cierta persona, estamos atados a ella por un enlace cósmico, por una cadena de carácter espiritual, por lo cual, estamos cósmicamente unidos a lo que odiamos.¿Es esto lo que deseamos?. Recordemos que estamos atados a la cosa a la cual estamos unidos en pensamiento, por eso cortar ese lazo por el perdón, es la única manera de liberarnos y dejarlos ir en paz.
La técnica es la voluntad de perdonar y eso no implica que tengamos que sentir amistad, sernos simpática o compartir una relación con alguien por quien no podemos sentir agrado o afecto por obligación. Eso lo haremos cuando hayamos alcanzado el estado de conciencia Crística del Amor incondicional, por tanto, mientras eso no se manifieste en nuestra vida, sería como querer coger el viento con la mano. No estamos obligados, de momento, a tener amistad con nadie, pero si estamos en la ineludible obligación de amar a todos; amor o caridad, que es un sentimiento activo de buena voluntad y seguro que a lo largo de la vida, esa persona que os lastimó, ofendió o ultrajó, se verá en la necesidad de pediros algo. Eso es el momento de tender la mano, ayudarlo sin dudas y de corazón, y que luego siga su camino.
Es el momento cumbre de escoger entre la venganza, el rencor, el odio o la caridad y el amor, siendo un acto que depende de nuestro libre albedrío. Esa es la manifestación del perdón.
Así que, entremos en el silencio y digamos serenamente: “Yo, perdono libre y totalmente a _________, le libero y le dejo ir. Perdono sin reservas todo lo tocante a este asunto y en lo que a mí concierne, está terminado para siempre. Dejo al Cristo que está en mi, toda la carga. Ahora, _____ está libre y yo también. Le deseo bien en cada fase de su vida, nuestro incidente ha terminado. La Verdad del Cristo nos ha hecho libres a los dos”. No repitamos más esta pequeña oración, si el recuerdo del ofensor vuelve, bendigámosle brevemente y echemos fuera de nuestra mente el pensamiento hasta que lo olvidemos del todo.
Y NO NOS PONGAS EN LA TENTACIÓN, MAS LIBRANOS DEL MAL
Muchos, tienen confusión en esta frase. Jesús conocía bien los peligros sutiles y las dificultades del alma cuando comienza a avanzar, ya que cuanto más meditamos y oramos, mayor es nuestra sensibilidad. Esto, siendo excelente, tiene sus peligros, ya que llegan nuevas tentaciones que no son conocidas por los novicios e inexpertos.
Se nota que por faltas ordinarias somos castigados y eso es bueno para mantener la vigilancia, pero nadie que ha llegado a determinada altura espiritual, será tentado de meter la mano en bolsa ajena, robar, violar, etc. Pero eso no implica que no tenga tentaciones cada vez más sutiles y difíciles de vencer: Luchar por la propia gloria en vez de la de Dios; buscar honores y distinciones; ventajas materiales comercializando lo espiritual y orgullo por sentirse encima de los demás en este sendero.
El saber mucho, conlleva mucha responsabilidad y violarla acarrea castigos terribles. Conocer la Verdad, aunque sea un poco, es un depósito sagrado que no puede ser profanado. Por eso pedimos que nos libre, de todo aquello que sea demasiado para nosotros, de acuerdo con nuestro nivel espiritual.
PORQUE TUYO ES EL REINO, EL PODER Y LA GLORIA, EN LOS CICLOS GENERADORES, POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS. AMEN.

Eso significa que Dios es el Todo. Si cuando oramos pensamos que Dios es quien actúa por medio de nosotros, nuestros actos ganarán en eficacia. Digamos: “Dios es quien me inspira”. Y veremos con sorpresa, como nos acompaña el éxito. Suyo es el Poder, tal es la Gloria que nosotros también recibimos, y la felicidad que esa experiencia nos trae. Dios mismo es quien está consciente de esa felicidad a través de nosotros.

“Venid a Mí todos los que estáis fatigados, que Yo os aliviaré”. Y mientras busco al Señor, Él me protegerá.
EL PADRE NUESTRO (EN ARAMEO)
A-VI-NU
Padre Nuestro
A-VI-NU SHI-BÁ-MA-YIM
Padre Nuestro que estás en los cielos,
YIT-KA-DASH SHE-MEI-CA
Santificado sea Tu Nombre,
TA-VO MAL-KU-TEY-CA
Venga a nosotros Tu Reino,
YE-A-SEH RE-TZON-CA
Hágase Señor Tu Voluntad,
KI-MO BA-SHA-MA-YIM KEIN BA-ARETZ.
Así en la Tierra como en el Cielo.
ET LE-KEM HU-KEI-UN TEN LA-UN HA-YOM
Danos hoy nuestro pan de cada día,
US-LAK LA-NU ET KO-VO-TEY-UN
y perdónanos nuestras deudas,
KE A-SHER SO-LAK-NU-GAM A-NAK-NU-LI
JA-YA-VEI-UN
Así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores,
VIH-AL TI-VI-AY-NU LI YI-DEI NAI-SA-YON
No nos dejes caer en la tentación
KEE IM JAL-TZEI-NU-MIN JA-RA. ÄMÍN.
y líbranos de todo mal. Amén.
Autor: María de Aquitania
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