Los alarifes que diseñaban estos edificios no se limitaban a construir murallas más o menos gruesas, sino que, además de buscar el emplazamiento más adecuado, adoptaban medidas para prevenir los ataques que, con seguridad, tendrían lugar tarde o temprano. Algunos de estos elementos eran propios de los constructores andalusíes. Otros, de castellanos o aragoneses, independientemente de que tanto unos como otros adoptasen métodos de sus enemigos al comprobar su eficacia.
Comenzaremos por el más característico de todos: Las torres.
La torre o cubo es quizás el elemento defensivo más antiguo que se conoce. Desde las primeras fortificaciones de las que se tienen noticia ya se las dotaba de las mismas. Pero, ¿qué objeto tenían? Pues muy fácil. Atacar de flanco a posible agresores. Mientras que ellos intentaban lanzar escalas contra una muralla, o batirla con arietes, los defensores podían, desde sus torres situadas a mayor altura, hostigarlos con diversos medios, desde virotes de ballesta, pellas, bolaños, vinagre hirviendo, etc.
En el gráfico superior podemos hacernos una idea clara de la cuestión. Un ariete, en color rojo, es adosado a una cortina situada entre dos torres de flanqueo. Desde ellas, como se ve, se puede atacar desde ambos lados tanto a la máquina como a los que la manejaban. Las rayas azules muestran el ángulo de tiro de que disponían los defensores situados en los cubos.
Pero, además de las torres de flanqueo convencionales, en algunas fortificaciones disponían de otro tipo de cubo más eficaz: La torre albarrana. Albarrana es un término de origen árabe: Al-barräna, que significaba “la de fuera”, en referencia a que estaban separadas de la muralla, aunque unidas a la misma mediante un puente que, en algunos casos, era levadizo a fin de aislarla en caso de que el enemigo se hiciese con el control de la misma, e impedirles así llegar al adarve. En éste croquis se ve claramente cual era el objeto de las albarranas: Atacar al enemigo por la espalda. Obviamente, éste tipo de cubo era de una eficacia abrumadora. Atacar una muralla defendida por una torre así suponía a los agresores, no sólo tener que hacer frente a los defensores situados en el adarve de la muralla, sino a los que, desde la albarrana y la otra torre de flanqueo, los hostigaban por los costados y por la zaga. En la imagen inferior tenemos un ejemplo típico de albarrana, en éste caso separada de la muralla por una coracha partida por un puente levadizo.
Pero las torres no sólo defendían murallas. Las puertas también solían ser defendidas por ellas, al ser el punto más vulnerable del edificio. En algunos casos, como vemos en la foto inferior, se encontraban literalmente empotradas entre dos cubos, lo que, además, dificultaba enormemente el adosar arietes para derribarlas por el angosto espacio disponible entre ambas torres.
Sirva ésta breve reseña para que el lector pueda hacerse una idea aproximada del como y por qué de las torres. Obviamente, es un tema muchísimo más amplio, sobre el que se podría escribir largo y tendido, pero no es éste blog el sitio más adecuado para ello. La intención es sólo introducir al lector en el apasionante mundo de la castellología, casi desconocido para la mayoría.Añadir sólo que los cubos de planta cuadrángular, tuvieron su final con la aparición de las armas de fuego. La pirobalística dejó obsoletas las airosas torres que, desde siglos y siglos atrás, sirvieron para defender los castillos. Esto supuso la proliferación de un nuevo tipo de torre, ésta de planta circular o semicircular, más adecuada para repeler los pesados bolaños disparados por las bombardas que hicieron su aparición a finales del siglo XV. Todos los derechos reservados Copy Right 2008 Orden del Temple
Decirte Amo del Castillo, que apasionante no, muy apasionante diría yo, tal y como nos vas introduciendo en el mundo de la castellología.
Muchísimas gracias y enhorabuenas por tus aportaciones.
Aún estamos empezando, Amazona. Ni siquiera hemos entrado aún dentro de una fortaleza. Cuando entremos, no imaginas la de cosas que verás…
Puedo imaginar algo, pero poco, supongo…..
Sinceramente me parece muy apasionante éste mundo e historia en los cuales nos estás adentrando, y ahora que ya estoy puesta al día podré seguir mejor y más asiduamente tus aportaciones.