EL MESIANISMO
Mesías, es una palabra procedente del Messiáh hebreo, que significa “el ungido”, en recuerdo de Aarón, el primer hombre de la historia hebrea que fue ungido por Moisés, por mandato de Yahvé, para poder ser el único que pueda entrar ante la presencia del Arca de la Alianza o Presencia de Yahvé.
De esta forma, su función era el restablecimiento del pacto anual del pueblo hebreo con su Dios, a través de la celebración de la Pascua, en recuerdo a la liberación de Israel del dominio egipcio. En la Pascua, se tomaba un cordero, y en honor a Azazel, se bendecía su cabeza donde se ponían todos los pecados del pueblo cometidos a lo largo del año, para después abandonar el animal a su suerte en el desierto, donde Azazel vivía. Un segundo cordero, era degollado ante el Arca y su sangre derramada sobre el Tabernáculo en honor a Yahvé, para que así quedara certificado su pacto.
Pero es sorprendente, que este capítulo que nos otorga la narración de la importancia del Mesías en la cultura hebraica, la cual es en pos a la liberación o salida de Egipto, no sea más que una prolongación de un culto egipcio, de un culto faraónico. En la cultura egipcia, cundo el nuevo Faraón era coronado rey del Alto y Bajo Egipto, con su doble corona roja y blanca (como la cruz del Temple), era ungido con las grasas de un caimán sacrificado en honor a un dios de las edades primigenias de la cultura egipcia, el dios Messeh o también conocido como el caimán Sobeck. Esta deidad, fue la representativa de las fuerzas del inicio y siempre se acompañaba de la presencia de Horus, que era la deidad del final, el gran Iniciado o luz eterna. Por tanto Sobeck, era la materia virgen, mientras Horus era el espíritu liberado de dicha materia.
En consecuencia a este pensamiento egipcio, procedente del sumerio Marduk y Tiamat, la cultura hebraica conocerá los secretos místicos de la celebración de la unción y de la Pascua. El nombre de Mesías o Messiah, procede del Dragón acuático Messeh para Babilonia o Sobeck para Egipto. El Dragón acuático que hay que sacrificar para liberar al espíritu purificador y hacedor de vida, procede del mito de Tiamat, la Gran Dragón o Gran Madre, que poseía las aguas dulces, aquellas que daban vida en la siembra y era válida para beber y no la del mar, que era su esposo y no daba la vida ni saciaba la sed.
Esta Gran Dragona que tendría una representación helénica, similar a una Titánide, fue vencida por Marduk, el hijo de Enki, dios sumerio, conocido como “el Señor”. Este dios, será tomado en Egipto como el Aten o Thoth. Del Aten, los hebreos tomarán Adon o Adonai. La madre de Marduk y esposa de Enki, era Nin-Ti, Dama de la Vida o también conocida como Nin-khursag, Dama de la Montaña. De esta deidad sumeria, procederá el nombre Divino Shadai, que será usado como símil de Adonai. Como observamos, Aten es Enki y Shadai es Nin-khursag, su esposa. Jehová, también es unión de Padre y Espíritu Santa, con hijo, Marduk o Horus.
(continuará)
Copyright. Todos los derechos reservados. Orden del Temple