QUINTA ESTACIÓN. JESÚS ES JUZGADO POR
PILATO
Jesús compareció ante el gobernador, quién le preguntó:
“¿Eres Tú el rey de los judíos?”. Jesús respondió: “Tú lo dices”. Pero nada
respondió a las acusaciones que le hacían los Sumos sacerdotes y los ancianos.
Pilato le dijo: “¿No oyes todo lo que dicen contra ti?”. Pero Él no le
respondió nada, hasta el punto de que el gobernador se quedó muy extrañado. Por
la fiesta, el gobernador solía conceder al pueblo la libertad de un preso, el
que ellos quisieran. Había entonces un preso famoso, llamado Barrabás. Pilato
preguntó a todos los que estaban allí: “¿A quién queréis que os deje en
libertad, a Barrabás o a Jesús, a quien llaman el Mesías?”. (Mateo 27, 11-21)
ORACIÓN: Señor
Jesús, que nos has manifestado tu dignidad a través de tu pobreza, revélanos lo
que somos. Haz que la sangre de tus heridas, no sea vana para nosotros. Haz
caer las caretas y disimulos que ocultan nuestro rostro. Devuélvenos la
candidez, sinceridad y espontaneidad de cuando éramos niños, y muéstranos la Verdad que todos llevamos
dentro.
SEXTA ESTACIÓN. JESÚS ES AZOTADO Y CORONADO DE ESPINAS.
Luego, los soldados del gobernador llevaron a Jesús al
pretorio, y reunieron en torno a  Él a
toda la tropa. Lo desnudaron, le vistieron una túnica de púrpura, trenzaron una
corona de espinas y se la pusieron en la cabeza, y una caña en Su mano derecha,
y arrodillándose delante de Él, se burlaban diciendo: “¡Viva el rey de los
judíos!”. Le escupían y le pegaban con la caña en la cabeza. Después de haberse
burlado de Él, le quitaron la túnica, le pusieron sus ropas y lo llevaron a
crucificar.
ORACIÓN: Señor
Jesús, Rey coronado de espinas, débil y vulnerable, humillado y vejado,
líbranos de ofender a alguien, más débil que nosotros. Líbranos de creernos
superiores a los demás, de pensar que tenemos derecho a hacer reproches y a
poner orden en nuestro alrededor. Ayúdanos a ejercer el poder y la autoridad
que poseemos, por muy pequeños que sean, como Tú nos enseñaste: Coronado de
espinas.

Orden del Temple+++