Autor: Hno. C.R.L.+
Vivimos en el mundo de la tecnología moderna, se producen bienes, ideas y proyectos a una velocidad cada vez más acelerada, el ritmo de la información circula OCHOCIENTAS VECES MÁS RÁPIDO que hace un siglo, las autopistas de la información permite la comunicación con personas a gran distancia en poco tiempo.

Ha llegado la Civilización de la Tercera Ola, anunciada por Alvin Toffler. Si las Organizaciones transnacionales, movidos por el afán de lucro han generado lo que ya nadie discute: Un cambio de civilización. Es hora de que ciudadanos y ciudadanos, de todo género y nacionalidad se asocien guiados, no por la voluntad de Poder, sino por Fraternidad, en la resolución de los problemas descritos.

Es necesario, y contamos con los medios tecnológicos para ello, vertebrar una Sociedad Civil Internacional, una Nueva Internacional basados en esos tres principios, que reclame la cultura de los Derechos Humanos en todos los rincones del Planeta, que la reclame como un bien común a todos los hombres y mujeres, y como límite inexcusable de cualquier política exterior digna, la materialización de esos derechos humanos, como Patrimonio de la Humanidad, superior por tanto a cualquier interés puntual de los Estados.

Nuestros Antecesores en la Orden del Temple supieron como adelantarse muchos siglos a su tiempo, creando realidades muy parecidas a las que hoy, casi mil años después, están despuntando, hay quien dice que fue la Orden del Temple la que hizo nacer la Modernidad en Europa.

Creo que por lógica histórica, no seríamos verdaderos templarios si no intentáramos comprender en qué tiempo histórico vivimos, y como adelantarnos a nuestro tiempo vislumbrando las soluciones a los graves problemas, que, como entonces tiene nuestro mundo, hay que salir al mundo, dialogar con la gente, tomar iniciativas de mejora social y espiritual, hay que templarizar esta sociedad, y más gente de la que pensamos nos está esperando, soñando de mil maneras distintas donde estarán los templarios. El Planeta sabe que existimos, el planeta nos necesita.

Non Nobis.

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