Para los Templarios, el 7 es el número del Conocimiento; el septenario resume la totalidad de la vida moral, añadiendo tres Virtudes Teologales que son Fe, Esperanza y Caridad; y cuatro Cardinales: Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templaza. También es la suma de 4 + 3 = 7, o lo que es lo mismo, el principio del hombre y el Universo.

En la religión islámica, el 7 tiene un lugar destacado cuando vemos que en el ismaelismo, lo sólido tiene 7 lados (las 6 caras más su totalidad que corresponde al sabbat). Los dones de la inteligncia son 7 (6 más el ghaybat, que es el Conocimiento suprasensible. Esta relación se desarrolla sobre un ciclo de 6 días, que son seis milenarios, seguidos de un séptimo, el sabbat de Verdad, día de Sol y Luz, el de la manifestación del Imán. Avicena describe los 7 Arcángeles, Príncipes de los 7 ciclos que son los 7 veladores de Enoch. Asimismo, los sentidos esotéricos del Corán son 7, que mantienen una relación con los 7 centros sutiles o Chakras. Los peregrinos que van a La Meca, deben dar 7 vueltas a la Caaba, así como 7 recorridos entre las montañas míticas de Cafá y Marnia.

También el 7 está presente en la Alquimia, cuando vemos los 7 peldaños que deben subirse para alcanzar un nivel superior, donde estaba la

Piedra Filosofal.



8. Número del equilibrio cósmico, que simboliza el principio de la vida que no muere jamás. Es la resurrección, la inteligencia práctica y la comunicación. También es el símbolo de la justicia y la regeneración, así como el número de las Aguas Baustismales, por eso no es casualidad que las pilas del Bautismo tengan forma octogonal, así como los cimborrios de las iglesias románicas.

El 8 está también relacionado con las dos serpientes (equilibrio de las fuerzas antagónicas) que se entrelazan en el Caduceo, la Vara de Esculapio, dios griego de la Medicina. Es a su vez, el símbolo del infinito:

En el Nuevo Testamento, tiene especial importancia en la exégesis, porque está relacionado con el 8º día de la Creación, concebido como el comienzo de una nueva Era, por lo que se concibe como la Resurrección de Cristo y también la del hombre, transfigurado por la Gracia y que anuncia la beatitud del futuro. 8 son también los ángeles portadores del Trono Celestial.

9. Es la síntesis final y vuelta al principio de la Creación. Es el número alquímico por excelencia. Observemos que el 9 es una espiral que nos comunicaría con los infiernos así como el 6 es la misma espiral que conectaría con los cielos. Es el número de la Iniciación y cristalización de los objetivos.

Es la imagen de los tres mundos, formados por tres triángulos: El cielo, la Tierra y los infiernos. Es el número de los ángeles pero también de los círculos infernales. En la numerología esotérica, es la cifra relacionada con la Oca, el ave de los Arcanos, vinculada al Camino de Compostela.

Para los hebreos, es el símbolo de la Verdad, porque multiplicado se reproduce a sí mismo.

Para los Templarios, el 9 invade toda su cosmología:

· 9 Caballeros fundadores del Temple.

· 72 artículos componían su Regla. 72=7+2=9.

· La génesis de la Orden se prolongó durante 9 años, exactamente desde 1.118 hasta 1.127.

· 9 fueron las provincias que los Templarios establecieron en Occidente.

· 9.000 fueron sus Encomiendas.

· La historia del Temple duró 180 años. 180=1+8=9.

· 117 cargos condenaron a la Orden. 117=1+1+7=9.

· Jacques de Molay fue quemado vivo el 18-3-1.314. 18=1+8=9. 1.314= 1+3+1+4=9, y 117 años después, Juana de Arco tuvo el mismo final en 1.431. 117=1+1+7=9. 1.431=1+4+3+1=9.

10. Este es el resultado de los 4 primeros números (1+2+3+4=10), que señalan las cuatro etapas de la Creación. El 10 es el atributo del Señor del Agua (Faro) y el número de los Mandamientos de Dios. El 10 es un número perfecto que da el conocimiento de uno mismo y el cosmos.

La década era para los Pitagóricos (VI a.C.) el más sagrado de los números, símbolo de la Creación, sobre el cual prestaban juramento con el nombre de Tetrakys, cuya forma de triángulo de 10 puntas, está dispuesta la pirámide de cuatro pisos. Es el acabamiento, el retorno a la Unidad, es el número de la perfección.

Las 10 Emanaciones Divinas de la Cábala (los Sephirot) se concibe también como árbol, cuyo desarrollo es inverso, eleva sus raíces en el cielo y proyecta la copa a la Tierra, con lo cual llegamos a una estrecha relación con los 10 nombres secretos de Dios:

· EHEIE

· YAH

· EL

· ELOHIM

· ELOI

· MIBOR

· ELOAH

· SABAOTH

· ELOHIM SABAOTH

· SHADAY

· ADONAY

12. Es un número muy vinculado al Universo en su complejidad interna. Proviene de la multiplicación del 4 con el 3, Creación más tiempo sagrado, es decir, Trinidad. Es el Universo acabado.

Caracteriza también al año y al Zodiaco, y nos lleva en el simbolismo cristiano a la Jerusalén celeste del Apocalipsis: La ciudad de las 12 Puertas marcadas cada una con el nombre de las 12 Tribus de Israel, cuyo recinto amurallado, se alzaba sobre 12 bases con los nombres de los 12 Apóstoles.

En el Árbol de la Vida, hay 12 frutos y 12 estrellas sobre la mujer del Apocalipsis.

El 12, representa la Iglesia triunfante, el término de las 12 fases militante y sufriente. En la mitología Artúrica, en la Tabla Redonda, hay 12 Caballeros y en la Templaria el 12 entronca con los mitos antiguos: Vemos soles con 12 radios, el árbol con 12 frutos, los 12 signos del Zodiaco, etc.



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