La capilla de las reliquias, fue construida en los años 1.595 al 1.597, bajo la dirección del Maestro de Vergara, Maestro mayor de obras de la Catedral de Toledo. Este relicario, es un bello ochavo, rematado en cúpula y dividido en tres cuerpos separados por cornisas. Dentro aloja seis estanterías con artísticos relicarios, que ambientan el recinto envolviéndolo en un hálito de santidad, con 34 relicarios en forma de brazo, 17 de busto y otros de distinta estructura. El decorado de las estanterías y relicarios, se debe al toledano Pedro Sánchez Delgado, que trabajó en Guadalupe como pintor y dorador.
Los frescos de la cúpula que versan sobre la vida de San José, son del siglo XVII. Llaman la atención, seis espejos de cristal de roca con marcos de bronce y de adornos muy suntuarios, que fueron regalados por el marqués de Mejorada en 1.687. Resalta en el centro del altar, un famoso arcón, conocido como “Arqueta de los Esmaltes”, que fue labrada a mediados del siglo XV por el orfebre de la casa Fr. Juan de Segovia, aprovechando los restos del trono primitivo de la Virgen, que el último Prior deshizo en 1.385, par favorecer con sus ricos metales a D. Juan I, empeñado en la batalla de Aljubarrota.
Este artístico mueble, de traza gótica presenta doce cuadros con escenas de la vida de Cristo, de plata repujada y esmaltes.
Hay otros objetos de gran valor, entre ellos cinco crucifijos de marfil; un Lignum Vía de estilo gótico labrado en plata dorada con piedras, perlas y esmaltes; un Ecce Homo en bronce de Divino Morales; varias custodias de gran valor; la Corona de Nuestra Señora, gran filigrana de oro, platino, brillantes, esmeraldas, rubíes y otras perlas, del orfebre Félix Granda. Este joya, ofrecida por la generosidad del pueblo español, fue la con la que se coronó canónicamente la imagen, como Reina de las Españas.
Los vestidos ricos de la Virgen, los detallamos a continuación:
I. Manto rico de la Comunidad.
Está considerado como una de las piezas mas ricas del bordado del mundo. Ostenta un fondo de oro bordado de perlas y aljófares, con 243 piezas de oro labrado con puntas de diamantes. Fue confeccionado en los talleres del Monasterio en 1.790 por el Monje bordador de la Casa Fr. Cosme de Barcelona. Los aljófares y perlas unidos entre sí, forman repetidas veces el A.M. (Ave María), proceden de otro vestido de 1.551 ofrecido por la Comunidad del Monasterio y enriquecido por las perlas y aljófares que donó Felipe II, siendo de su hija Dª Isabel Clara Eugenia, las basas de oro con diamantes en la punta, procedentes de su manto.
II. Manto de Isabel Clara Eugenia.
Tiene fondo de oro y plata, y fue bordado en 1.629 en sedas de vistosos colores y perlas por la misma hija del rey Felipe II. Luego fue enriquecido con adornos de plata dorada y piedras de engaste del manto primitivo de la Comunidad, las cuales desaparecieron durante la exclaustración de los monjes y en su lugar se colocaron los espejos que ahora tienen. La toca se encuentra tal como la bordara la Infanta, es de hilo de oro, con lentejuelas de oro y 947 perlas grandes y 524 pequeñas.
III. Manto de la Cenefa marrón.
Muestra un fondo bordado en hilo de plata con flores trabajadas en sedas de colores y piedras de engaste. Fue bordado en Guadalupe durante la Guerra de la Independencia.
Mantos de Cenefa marrón, de la Infanta Isabel Clara Eugenia y Rico de la Comunidad.
(Continuará)
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