Explicación de las pinturas de la Biblioteca
En el testero de la entrada o sur, en el medio punto, se halla la Teología, joven y hermosa matrona, sobre un fondo arquitectónico. Lleva corona real y muestra la Sagrada Escritura a los cuatro doctores de la Iglesia latina: San Jerónimo, San Ambrosio, San Agustín y San Gregorio, que la acompañan.
Debajo de la cornisa, se ve el Concilio de Nicea del 325, el cual presiden los Obispos y con ellos está el Emperador Constantino, que arroja al fuego varios escritos.. En el suelo aparece Arrio, cuya doctrina fue condenada y donde quedaron declarados artículos de la fe de la teología cristina.
A partir de la entrada, en realidad el orden ascendente del saber humano que se representan, son las pinturas, comenzando en el testero norte con la Filosofía, pero la visita turística invierte el orden y obliga a empezar la descripción a la inversa. En la bóveda, la Astronomía, recostada sobre el globo celeste y varios niños alrededor que estudian el curso de los astros. En el nicho de la izquierda, están pintados Ptolomeo y Alfonso X el Sabio. Enfrente Euclides y Juan Sacrobosco, eminentes astrónomos.
A la izquierda, debajo de la cornisa, se representa el eclipse sobrenatural acaecido el día de la muerte de Jesucristo. San Dionisio de Aeropagita, Apolófanes y otros atenienses, observan con admiración el portento. Enfrente, se ven al rey Exequias en cama, gravemente enfermo y el profeta Isaías que le promete, en nombre de Dios, quince años más de vida, y le muestra un cuadrante solar cuya sombra retrocede diez grados.
La Geometría en la bóveda, con un compás en la mano y varios niños alrededor. En el nicho izquierdo, están Arquímedes y Juan Muller y en el derecho Pitágoras y Aristarco. Debajo de la cornisa a la izquierda, los sacerdotes egipcios señalan las líneas de las tierras borradas por las inundaciones del Nilo y al otro lado, Arquímedes, abstraído en la solución de un problema geométrico, no se da cuenta de que los soldados romanos han entrado en Siracusa por asalto y éstos le quitan la vida.
En la bóveda, tocando la lira, la Música con varios niños, y en el nicho izquierdo Túbalk y Pitágoras y enfrente Anfión y Orfeo. Debajo de la cornisa, a la derecha, Orfeo saca a su esposa Eurídice del infierno, habiendo dormido antes al Cancerbero con la música de su lira y enfrente, David que aplaca, tocando el arpa, la cólera del rey Saul.
La aritmética, acompañada de varios jóvenes que sostienen tablas con números. En el nicho derecho Jordán y Xenócrates y Arquitas Tarentino y Boecio al otro lado. Debajo de la cornisa, muchos filósofos,Gimnosofistas desnudos, discurren sobre los números, enfrente la reina de Saba propone enigmas a Salomón.
La dialéctica, figura de difícil escorzo, coronada de media Luna, que representa el argumentum cornutum de los latinos o dilema de los griegos, acompañada de varios jóvenes. En nicho derecho Protágoras y el filósofo Orígenes. Enfrente, Zenón y Meloso. Debajo de la cornisa a la derecha, está San Ambrosio y San Agustín disputando y Santa Mónica arrodillada suplicando la conversión de su hijo. Enfrente, Zenón de Elea, fundador de la Dialéctica muestra a unos muchachos dos puertas que representan la Verdad y la Falsedad, estableciendo así el criterio de los sentidos. En el arco están pintados Pindaro, Horacio, Homero y Virgilio.
En la bóveda, vemos a la Retórica con el Caduceo en la mano, varios niños y un león. A la derecha, Hércules Gálico, con la clava en la mano, salen de su boca cadenillas de plata y oro, que terminan en las orejas de varios varones que le escuchan, representando así el valor de la elocuencia. Enfrente, Cicerón salvando a Cayo Rabiro. Vemos también a la Gramática, con una guirnalda en la mano y unos azotes en la otra, con varios niños con sus libros y cartillas. Debajo, la primera escuela gramática en Babilonia y a la izquierda, la Torre de babel, donde tuvo origen la diversidad de lenguas.
Adornan el centro de la sala, una esfera armilar y cinco mesas de mármol gris de la época de Felipe II y dos veladores octogonales regalo de Felipe IV. Hay vitrinas donde se exhiben Códices, algunos libros de Alfonso X el Sabio, Las Cantigas de Santa María, el Libro de los Juegos, el Lapidario y varias obras de Teresa de Jesús, así como Breviarios de los Reyes Católicos, Carlos V y Felipe II, así como un Capitulario; Códices muzárabes y un Comentario del Beato de Liébana sobre el Apocalipsis de San Juan. Contiene también Códices Bizantinos y manuscritos persas y árabes, entre los que sobresale el Corán, procedente del rey de Berberia, Muley Zidaán.
La llamada Biblioteca de manuscritos, estuvo colocada encima de la principal, pero por temor a los incendios, se bajaron los libros con sus estanterías, a una espaciosa sala que da al Patio de los Reyes, que guarda riquezas bibliográficas de valor incalculable.
(continuará)
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