UN CRISTO INQUIETANTE

En Puente la Reina (Navarra), que se correspondería en el tablero del juego de la Oca con la casilla 6, confluirían cuatro importantes vías de peregrinación procedentes de Francia. En las afueras, hay una enigmática capilla, la iglesia del Crucifijo, donde se venera una extraña imagen de un Cristo en una cruz, que tiene la particularidad de ser un madero en forma de pata de Oca o de Y. Llegó a España desde Renania (Alemania) a comienzos del siglo XIV, por lo cual podemos establecer es el otro de los vínculos del Temple con los hermanos Teutones. Esta capilla comenzada en forma cuadrada culmina con un cimborrio octogonal. Es lo único, junto con los restos de un pórtico de un complejo monacal de la Edad Media, del que desapareció el hospital. En Colonia (Alemania), hay un crucificado igual, pues la Orden Teutona guardó estrechas relaciones con los Templarios.

Detrás de esa extraña cruz, aparecieron unas figuras murales del siglo XIII, en la que aparece una crucifixión similar a las de Cristo que allí se encuentra sobre la pata de Oca de madera, lo que confirma el hecho de que los Templarios, a pesar de su suspensión, prosiguieron la obra ocultista que tenían encomendada. El crucifijo de Puente la Reina, está vinculado además con las más ancestrales representaciones divinas de los cultos orientales de los misterios frigios, por la crucifixión en un árbol. Esa cruz eleva el sacrificio de Cristo a un estadio superior a Él mismo, simbolizando la esencia sagrada de la arquitectura con una mano de tres dedos, inspiradora de las proporciones Divinas del espacio.


EL PELÍCANO

Los Templarios también se nutrieron de numerosos valores socio-culturales de Occitania, uno de ellos fue el mito del Pelícano, donde esta singular ave se muestra en toda su riqueza mitológica, ante los constantes acosos que el diablo, la Bestia, lleva a cabo en contra de su progenie. Estos conceptos, los tomaron los Templarios de los Cátaros para enriquecer su mitología que se remonta a los antiguos bestiarios.

Esta ave guarda una estrecha relación con otra ave, el ave Fénix, que para la iconografía cristiana es el símbolo de Cristo y de la naturaleza humana, que según la física antigua, desaparece por efecto del calor solar y renace en invierno. El Pelícano, se toma como figura del sacrificio de Cristo así como su resurrección. Por su proceder, símbolo del amor paterno. Pero, ¿por qué guarda relación con el diablo?. Pues es porque es un tentador de la seguridad de los más débiles (los pecadores), representados por las crías del Pelícano, que indefensas ante el ataque de la Bestia, caen con facilidad víctimas del mal. Con ello, se recuerda la necesidad de vencer las tentaciones de las fuerzas del mal a través de la Luz, sino el reencuentro de la Virgen María, madre de Jesús, fecundadora de vida y esperanza. Porque en la Tierra, Cristo ocultó Su Luz en la Virgen, pero más que para renacer como hombre del seno de una mujer, ésta ocultación momentánea, solo fue para confundir al diablo , porque para vencer al Príncipe de las Tinieblas, Cristo vio necesario entrar en cierto sentido en las tinieblas del mal.

El concepto de esta mitológica ave, es un ser vinculado al Sol, que lo sigue en su trayectoria y es una invención que los Cátaros tomaron de los Celtas, como lo atestiguan los símbolos en honor al Sol que están grabados en sus viviendas, que los Templarios recogieron en estrellas de seis puntas inscritas en círculos, para transmitir energía positiva a quienes acudan. También en las logias francmasónicas de Escocia, a cuyos miembros Rosacruces se les llamaba Caballeros del Pelícano.

(continuará)

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