Autora: Hna. M.R.+
Desde muy niña mi madre siempre me inculcó el amor a Cristo, luego al crecer buscaba ser una mejor persona, servir a los demás y ayudar a aquel que lo necesitara; quería ir a un sitio donde se me enseñara a hacerlo pero no sabía dónde. Hasta que conocí a Soror E.CH, gracias a mi querida amiga Carmen que me llevo al centro de desarrollo humano y después de eso pase a formar parte de la Orden del Temple, donde encontré a un grupo de gente muy linda y de nobles sentimientos, los cuales teníamos un objetivo en común. Gracias a Soror E.Ch., una mujer tan ejemplar, llena de sabiduría , siempre tan entusiasta y que transmite tantas ganas de vivir, empecé a tener mis primeros conocimientos, aprendí a rezar , a pedir no solo por mí y mi familia sino también por los demás, por mi país, por mis hermanos templarios, por el mundo en general, algo que a mí nunca antes se me hubiera ocurrido, agradecer por un día mas de vida, por todo este mundo maravilloso, por el aire que respiro y por tantas cosas más. Es realmente maravilloso para mi pertenecer a esta Orden, siento que ahí se respiran buenos sentimientos y donde me encuentro con personas que emanan mucha bondad, otras con una gran facilidad para decir cosas que lleguen al corazón y otras con un gran sentido del humor que nos roban una carcajada con cada comentario. Me siento muy agradecida a ustedes por todas las enseñanzas que me transmiten, porque siento que gracias a ellas mi vida se ha transformado y con ello la vida de las personas que me rodean, he aprendido a amar a Cristo, a desarrollar mi vida espiritual, ser una mejor persona, ya que siento que he despertado de un largo sueño, que ahora si estoy haciendo las cosas bien y que estoy por el camino correcto. Es realmente admirable la labor que vienen realizando, que Dios los bendiga siempre y permita que cada día seamos más los miembros de esta gran Orden.
Non Nobis
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