I Aparición: 11 de Febrero de 1.858

Sobre las once de la mañana, la casa donde vive la familia Soubirous está helada, hace muchísimo frío y no hay leña para encender la chimenea. Así Antonieta y Juana acompañan a Bernadette al bosque de Massabielle a recogerla.
Llegadas al molino de Savy, en lugar de continuar hacia el bosque, va a lo largo del canal de descarga del molino que las lleva delante de una gruta. Mientras Bernadette se descalza para cruzar el canal, ocurre la primera Aparición. Ella cuenta en su relato lo siguiente: “Vi a una señora vestida de blanco, con un velo también blanco, un cinturón azul y una rosa de oro en cada pie, también la corona de su rosario era dorada… . La señora tomó el rosario que tenía en el brazo e hizo la señal de la cruz, lo cual traté de hacerlo yo también y lo logré. Me arrodillé y recé el rosario con la hermosa señora. La visión hacía correr las cuentas pero no movía los labios. Al terminar, me hizo la señal de acercarme pero yo no me atreví… . Entonces desapareció repentinamente”.

Las dos acompañantes de Bernadette no estaban presentes en la Aparición porque estaban ocupadas en recoger leña alrededor de la gruta y ella les contará lo sucedido en el camino de regreso.

En los días 12 y 13 no hubo Aparición y la niña no vuelve a la gruta porque su madre se lo prohíbe. Por la tarde, acude a la parroquia y se confía al Padre Pomiam, coadjutor de Lourdes que estaba en el confesionario. Él la escucha atentamente pero se queda entre la duda y el escepticismo, comentándoselo al párroco aquella noche, y éste no le da importancia alguna.

II Aparición: 14 de Febrero de 1.858

“La segunda vez que volví a la gruta era el domingo siguiente, aunque mi madre me había prohibido que volviera. Después de misa, junto con mis dos compañeras, volví a pedir permiso a mi madre, pero ella lo denegó porque tenía miedo de que yo cayera al agua del canal y me atrasara a las Vísperas. Yo le prometí volver a tiempo y entonces me dejó ir”.

La Aparición tiene lugar entre mediodía y las dos de la tarde y están presentes unas diez personas, entre las cuales se encuentran su hermana Antonieta y Juana Abadie.

Antes de ir a la gruta, Benardetta acude a la iglesia con un frasquito para coger agua bendita, con objeto de rociar a la Aparición para decirle que si no venía de Dios que se marchara. Interviene Antonio Nicolau del molino de Sabih, que acude por los gritos de susto de los presentes ante el éxtasis de la niña, habiendo una gran escena de cólera por parte de su madre cuando vuelven al molino de Savy.

III Aparición: 18 de Febrero de 1.858

Esta es una de las cuatro mayores, ya que la Virgen habla por vez primera y relata Bernadette: “La tercera vez que fui a la gruta fue el jueves siguiente y me acompañaban varias respetables personas. Me aconsejaron que llevara papel, pluma y tintero y que si tenía algo que decir la señora, lo pusiera por escrito”.

La niña presenta esos objetos a la Visión y le pide si tendría la bondad de escribir su nombre y lo que desea de ella. Ella le responde: “Lo que tengo que decirte no es preciso escribirlo. ¿Quieres venir aquí durante quince días?. Yo no te prometo la felicidad en este mundo pero sí en el otro”.

IV Aparición: 19 de Febrero de 1.858

Era viernes y se cree que la Aparición se produce muy de mañana, y están presentes en la gruta la madre de Bernadette, su tía Bernarda, la señora Milhet y unas diez personas. Es una Aparición breve, de un cuarto de hora, sin mensaje, solo en silencio, y todo el proceso consiste en el éxtasis y la contemplación. Por primera vez, la niña ha llevado a la gruta una vela bendecida, que seguirá llevando cada vez que acude hasta el 25 de Marzo, día de la XIV Aparición, durante la cual le dice ser la Inmaculada Concepción.

V Aparición: 20 de Febrero de 1.858

Esta Aparición también es secundaria y tiene lugar a las seis de la mañana. Se reduce al rezo del rosario y al éxtasis. Se encuentran presentes su madre y tía y unas treinta personas.
(continuará)

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