El Arca, fabricada por Moisés según los planos de Dios, tuvo su primera sede estable en Israel, en el lugar de Silo. Tras la batalla de Eben Ezez, pasó a poder filisteo y cuando éstos vieron las calamidades que se producían y la devuelven.
Los judíos la llevan a Quiriath-Jearín y después David la traslada a Jerusalén. Allí Salomón le hizo el primer Templo sobre el 966 ó el 965 a.C. y la depositó en el Santo de los Santos sobre la roca Shethiyah y estuvo allí hasta que en fecha indeterminada, entre los siglos X y VII a.C. desaparece.
En el siglo II a.C., el autor del Segundo Libro de los Macabeos, recoge la Tradición de que antes del 598 a.C., el Profeta Jeremías tuvo un aviso Divino de la invasión de Nabucodonosor. Ayudado por un ángel, llevó el Arca hasta el monte Nebo, junto a Jerusalén y la escondió en una cueva, la cual no se abrirá hasta que venga el Mesías de Israel y restaure el Reino de Yahvé. Pero, ¿y si el Arca no hubiese sido ocultada en el Templo, sino fuera de él, de Jerusalén y de Israel?. Ya hemos hablado del supuesto robo del Arca por parte de Menelik, hijo de Salomón y la reina de Saba, creándose una singular nación hebrea de raza negra. Cuando al principio del siglo IV d.C., la mayor parte de los judíos etíopes se convirtieron al cristianismo y colocaron el Arca en una Catedral dedicada a Santa María de Sión. Con el advenimiento del Islam, el Imperio etíope se vio cercado y aislado del resto de la cristiandad, aunque siguió siendo el único reino cristiano fuera del mundo occidental durante el medioevo y Etiopía, acabó siendo identificada con el reino del Preste Juan. Es probable que los comerciantes judíos trajesen a Occidente esta tradición etíope, pues hacían de intermediarios entre musulmanes cristianos y hebreos a través de los judíos de Palestina, que comerciaban con Europa y quizás también la trajeron los cristianos etíopes que llegaron como peregrinos a Compostela. Lo cierto es que allí los cruzados occidentales, cuando conquistaron Jerusalén, allí la conocieron así mismo los Templarios.
La Catedral de Nuestra Señora del Arca de la Alianza
Solo otro grupo, los compañeros constructores, aparte del Temple, se identificó con el Templo de Salomón; éstos tenían a gala descender de los constructores fenicios del Templo de Jerusalén.
En 1.134, apenas cinco años después del Concilio de Troyes, se levanta en Chartres la primera Catedral gótica occidental. Con ella no se inicia solo la expansión de un estilo artístico sino de una geometría matemático-sagrada, aplicada a la construcción de edificios religiosos.
Elevada sobre un santuario céltico y conservando en el culto a su Virgen Negra, como veneración ancestral por una Madre Tierra primigenia. En su pórtico norte, de inspiración cisterciense, aparecen figuras únicas en la imaginería medieval religiosa. Se ve Melquisedec con la copa-Grial tallada a partir de la esmeralda caída de la corona de Lucifer y entregada a Adán. Dentro de éste Grial, aparece una piedra cúbica, ¿se trata de la enigmática Lapsit Exillis?. En la Catedral de Reims, en la puerta occidental, vuelve a haber constancia de este misterio griálico.
Desde sus iglesias octogonales, hasta su idea de un rey escogido por la Orden entre uno de sus mejores, por ejemplo Jaime I el Conquistador, nacido en una Encomienda del Temple y educado por los Caballeros en sus castillos; y el Emperador Federico II de Alemania, igualmente instruido por ellos a como elegir los reyes salidos de las tropas del Grial, pasando por las Vírgenes Negras. Otra señal, serían los relicarios “Jefe” o Baphomet que otorgaba grandes poderes.