Es curioso que las leyendas sobre el Grial, hacen su aparición coincidiendo con ese momento de mayor esplendor del Temple, para agotarse a la caída de los Caballeros Templarios. Estos se apropiaron de la leyenda del Grial, porque su rápida difusión la convertían en un vehículo ideal para transmitir mediante símbolos, su ideario esotérico en el mundo medieval. Al atreverse a aparecer como Custodios de un objeto sagrado, no reconocido por los representantes de la fe vigente, arriesgaban su prestigio y se enfrentaban a una Iglesia que si hasta entonces había demostrado indiferencia por el Grial, a partir de ahí iba a desautorizarlo abiertamente. El Temple consiguió su propósito de difundir su ideología esotérica: El gobierno sinárquico del mundo por una hermandad de elegidos, delegados de un poder supremo que dirige todo desde un oculto Lugar Central.
Cuando nace el Temple, lo hace en el centro simbólico del mundo judeo-cristiano: Jerusalén, y se instala en el centro espiritual de la ciudad, el Templo de Salomón. Pero este Templo en el medioevo ya había desaparecido y en el siglo XII solo existen ruinas de la plataforma sobre la que se levantaron los tres Templos sucesivos. En el centro de esta explanada, se alza el santuario islámico conocido como Cúpula de la Roca.
Este santuario musulmán levantado sobre el hebreo, se convertirá en el Templo octogonal de los Templarios y ahí tendrán su primera Casa Madre. Dentro de esta roca la Shethiyah sobre la cual Salomón colocó el Arca de la Alianza conteniendo los betilos sagrados. Esta roca, sagrada en la mitología de las tres religiones monoteístas derivadas de Abraham, es la que en el desaparecido Santo de los Santos estaba situada bajo el Arca de la Alianza, que guardaba en su interior las piedras con la Ley de Dios y el betilo de Jacob, elementos todos que actúan como puerta inter dimensional, donde entran en contacto lo terrestre y lo celeste.
El Grial cisterciense acerca un paso más las piedras sagradas contenidas en el Arca de la Alianza y la piedra-Grial guardada en el cofre: “El Grial es la esmeralda caída de la frente de Lucifer durante su rebelión. Fue recogida por los ángeles que se mantuvieron neutrales en el conflicto, siendo por ello condenados a morar en la Tierra y trajeron consigo la esmeralda. La entregaron al padre Adán, pero se la retiraron al ser expulsado del Paraíso; al morir éste, un ángel se la entregó a su tercer hijo, Set, quien labró con ella una copa que utilizó luego Melquisedec en su ofrenda a Abraham. Esta Lapsit Exillis (Lapis ex Caelis) caída del cielo, aunque podría tratarse de un juego cabalístico entre Lapsit Exillis y Lapis Betilis (piedra betilo), nombre de origen semítico para designar a las piedras sagradas que se creía poseían una vida Divina y eran piedras meteóricas caídas del cielo.