LOS MEROVINGIOS
        Según la historia, los francos eran una tribu germana del nordeste de lo que hoy es Francia. Hacia mediados del siglo IV, intervinieron en la historia de Europa.
          Su nombre procede del mítico Meroveo, del cual procede la dinastía merovingia. Meroveo comenzó a reinar sobre los francos salios, federados al Imperio por el emperador Juliano desde el año 358, y fue subordinando progresivamente a numerosos pueblos germánicos y al conjunto de la población galorromana entre finales del siglo V y el año 751, fecha de su definitiva eliminación por los carolingios.
          Desde el año 410, comienza la gran leyenda merovingia popularmente, a manos de su propio rey, Alarico, el cuál saquea la ciudad de Roma, adjudicándose en el asedio el tesoro del Templo de Jerusalén, que los romanos ya habían quitado a los judíos años anteriores. En el 412, el rey Alarico por mar llegó a las costas sureñas del Languedoc, asentándose en Rennés-le-Chateau, dejando aquí este tesoro. Su reino tras asentarse aquí, se extendería por el norte de España. Se ha de poner una atención importante a esta historia narrada, pues nuevamente se volverá a retomar la misma, como base analítica de uno de los grandes secretos de la hacienda de Torrijos y el monasterio de San Isidoro.
          En el 450, conquistaron Colonia, y acabaron con el predominio de Roma en la Renania. El rey Clovis,(481-511) de la dinastía merovingia fundó el reino Franco, el cual abarcó grandes territorios de lo que hoy es Francia y Alemania, y se hizo bautizar. En aquel entonces, se fundaron varias aldeas, y sus nombres nos dan una idea de su edad. Nombres terminándose en-heim (hogar) o -dorf (aldea), indican las aldeas más antiguas, mientras que nombres terminándose en -hofen, o -inghoven, indican aldeas de tiempos más avanzados. Una de las aldeas más viejas es Niederdollendorf Donde se encontró una piedra sepulcral del siglo VII. También el valle Pleistal, denominado por un arroyo del mismo nombre, ya era habitado en aquel entonces. Nombres terminados en -rott o -roth se relacionan con aldeas en las montañas que no hubieran podido ser construidos sin desmontar partes de la selva antes -roden en alemán.
     En el año 498 el rey Clovis acepta a la religión cristiana, y recibe el apoyo católico romano, a través del cual consigue derrotar a los alemanes, y a los visigodos de Alarico II en el 507. Su dominio se expandió desde Alemania hasta los Pirineos, a excepción del condado de Septimania.
          El trono merovingio sería heredado por familia, a diferencia de los restantes reinos bárbaros. Así, en el 511, el reino de Colodevo se divide entre sus cuatro hijos, Teodorico I, Childeberto I, Clodomiro y Clotario I. Las cuatro capitales del reino, Reims, Orleáns, París y Soissons, se reagrupaban en la cuenca parisiense, favoreciendo la elaboración de una política común, aun a pesar de los sangrientos conflictos con que se perpetuaba la práctica de los repartos sucesorios.
     El gran reino merovingio, creado por Clovis, ahora era regenteado por sus cuatro hijos de forma común, pero Clodomiro, el rey de Orleáns murió en el 524, y Orleáns y Chartres fueron reinados por Chideberto I, su hermano, y Clotario I, reinó sobre Tours y Potiers.  Tras las muertes sin descendencia masculina de Teodobaldo I, nieto de Teodorico, y de ChildebertoI, permitieron a Clotario I recomponer el regnum francorum, o sea, el reino merovingio en una sola corona nuevamente. Pero este estatus político no duraría, ya que a su muerte el reino sería nuevamente dividido, formándose los territorios de Borgoña y Austrasia, pero tras los asesinatos de Teodoberto II y de Teodorico II, permitieron que Clotario II, sucesor de Chilperico I, y su hijo Dagoberto I, (629-638), reconstruir nuevamente el regnum francorum. Pero Austrasia y Borgoña se opusieron a ser dominadas, obligando a ambos reyes a nombrar dos representantes reales al frente de cada uno de estos dos reinos y a dar, luego, un rey particular a los austrasianos, que sería Dagoberto I, y le seguiría su hijo Sigeberto I.
          En muchas ocasiones se ha intentado manchar la política merovingia, regida por sus reyes, pero hay que decir que todos sus reyes eran de corta edad si nos fijamos. Algunos llegaron a sentarse en el trono con cinco años, y debido a este debilitamiento, otorgado por los constantes asesinatos de reyes, como el famoso Teodorico II, o Teodoberto II, la corona fue cayendo en manos de los nobles y de los mayordomos de palacio, hasta que de éstos, Pipino el Breve regio la corona merovingia. En el 662, hasta el 675, Childerico II, que reinaba sobre Austrasia, sería el último rey merovingio que intentaría reinar sobre el conjunto del regnum francorum, enfrentándose a la familia aristócrata de los pipínidas, los cuales se enfrentaron al poder de Childerico II. La guerra duró hasta el 680, Donde Pipino fue derrotado, pero debido a ciertos vacíos de poder, el mayordomo Pipino de Heristal consigue la regencia de Austrasia y de Borgoña, la cual se unió a Austrasia.
     Carlos Martel, hijo bastardo de Pipino de Heristal, continuó la obra unificadora de su padre, aunque tuvo que enfrentarse a neustrios, aquitanos, sajones y frisones. Pero hasta el 751, Donde Pipino el Breve depuso a Childerico III, y se hizo coronar rey de los francos por san Bonifacio, no comenzaría el Imperio Carolingio, del cual brotaría Carlomagno (768-814) como el rey más importante, siendo en este año, con la derrota de Childerico III, el final de la corona merovingia.
          En aquel entonces, el territorio del reino era propio del rey Carlomagno dividió su reino en condados. Cada uno fue administrado por un Conde que fue nombrado, pero también destituido por el Rey. Después de la muerte de Carlomagno, el imperio fue dividido varias veces. Hacia el fin del siglo IX existían un reino Franco occidental, la futura Francia, y un reino franco oriental, Alemania. Los sucesores de Carlomagno no lograron impedir la pérdida de territorios reales. Así los nobles, es decir los Duques y Condes, ganaron territorios y poderes. El último carolingio se murió en 911. Las siete montañas fueron parte del condado de Auelgalk.
          Como se observa en los enfrentamientos del Imperio Merovingio, los territorios borgoñones, de Austrasia y sajones han sido enfrentados, y de aquí los sucesivos enfrentamientos entre estos reyes en la historia posterior, incluyéndose también enfrentamientos de largos años con Francia y su reinado. La historia nos derrama nombres como Robin Hood, o Juana de Arco, como personalidades bélicas involucradas en estas herencias de políticas y rencillas regionales a través de los tiempos.
          Pero si así fuese tan simple la historia merovingia, ¿por qué el Priorato de Sión y los Templarios le atribuye tanta importancia a esta sangre?. De acuerdo que tras la caída de Roma, ellos acogieron muchas costumbres romanas en sus políticas y fundaron un gran imperio, tal vez el mejor regenteado políticamente de los bárbaros, pero el propio Imperio Romano era más poderoso que éste.
          La historia merovingia ha sido muy escondida por la historia presente, pero según los investigadores actuales ellos afirmaban ser descendientes de la Arcadia helénica, de Troya y de la tribu semita de Benjamín la cuál huyó de Tierra Santa por persecuciones encabezadas por el resto de las tribus de Israel, yendo a parar a un territorio helénico, la Arcadia. Al ser destruida Troya por los griegos, sus habitantes tienen que huir como sus antepasados de Tierra Santa, esta vez huyen hasta Alemania y otros Países Bajos, llegando también a Francia, formando así el Imperio Merovingio, con sangre judía.
          El presente dato nos asombró muchísimo, la mítica Troya cuna del Imperio Merovingio, mas a simple vista aceptamos la suposición, pues procedía de un historiador de gran respeto, sir Lawrence Gardner, y a ojo observamos que en Francia había nombres muy similares a la leyenda troyana, como París, ciudad de Francia, y Paris, el héroe troyano.
          Este imperio, a su vez, se mezclará para la historia, con pueblos como los godos y los celtas. Pero siempre, durante su historia, respetaron sus creencias judaicas, trasgrediendo estas culturas tanto a los pueblos celtas, como a los godos. Las herencias culturales más fuertes que se observan en el Imperio Merovingio son las celtas y las romanas sobre todo. Pero el precursor del Imperio Romano, Julio Cesar, según Virgilio describe en su obra la Eneida, Julio César sería descendiente de Troya. Por tanto, tendría fácil explicación tal aceptación política y regional, aunque hay que reconocer que esta Eneida era una falacia política, ausente de realidades, pero al menos nos indica los respetos del Imperio Romano por Troya.
      Aquí cabe aclarar que el Imperio Merovingio no sale a escena hasta su fervor político y económico, mientras tanto, los pueblos celtas y godos tienen más atribuciones históricas que el merovingio, llegando a afirmarse que el pueblo merovingio realmente es descendiente de los pueblos celtas y godos, y no al contrario. Pero repito, todo se mueve en una amalgama oscura de ausencias de datos.
          Aunque la importancia que los Templarios dan a la sangre merovingia, ya está aquí explicada, ellos van más allá.
          Las leyendas del sur francés, en el Languedot, nos cuentan que María Magdalena, tras la resurrección de Jesús, y la iniciación del movimiento cristiano, ella es perseguida por éstos, viéndose obligada a huir de Tierra Santa. Magdalena, según la leyenda, viajó hasta un puerto de Marsella, Donde desembarcó con el Santo Grial, y todos los que allí la vieron, la trataron como la gran reina.
          Sus descendientes, se mezclarían con las altas coronas europeas, y merovingias, directamente. Por lo tanto, los Templarios buscaban realmente, las herencias sanguíneas, no de los Merovingios, sino la sangre mezclada entre la del rey Benjamín, pasando por los reyes Merovingios, como bien dice el propio sir Laurence Gardnerd en una entrevista realizada a la revista brasileña “·Journal Infinito”, en la cual dice así: “En Francia (o Galia, como entonces era llamada), los antiguos descendientes de Jesús y María Magdalena eran conocidos como los Reyes Pescadores, o sacerdotes. Un descendiente de ellos, de nombre Meroveus, fundó la Casa Real Merovingia, que reinó en Francia desde 446 hasta 751 cuando fueron depuestos por la Iglesia debido a los términos de la forjada “Donación de Constantino”. Muchas de las recientes casas reales europeas descendieron de los Merovingios y la más antigua de ellas era la Casa Real de Stewart de Escocia como se acaba de decir. Ellos reinaron desde 1371 hasta 1688 cuando, finalmente, la Iglesia los consiguió deponer para instaurar su propia monarquía de fantoche en Inglaterra.”
          Al unir la potestad política de Benjamín en toda Europa, gracias a la consanguinidad de Magdalena por ser benjamita, y la de Jesús, como rey de los judíos, por David, de la tribu de Judá y por méritos propios, este nuevo rey tendría potestad en casi toda Europa, Tierra Santa y Egipto como después veremos. Todo un Rex Mundi. Esta leyenda no queda sujeta por las habladurías populares y las fiestas paganas de la región, sino que da respuesta a muchos de los monumentos cristianos construidos de la Galia, antes que el movimiento cristiano se conociese en Europa. Aunque ellos, también declararon ser descendientes de Noé, atribuyendo a este personaje bíblico más importancia que a Moisés. Aclaro esto, porque la idea de crear un reino regido por un descendiente de Noé ha sido muy usada también en Tierra Santa. Pero es una nueva prueba de su conocimiento perfecto del cristianismo, aún sin haber llegado a expandirse por Europa.
          Los Templarios, realmente, es una organización política creada para la protección de esta sangre, y los guerreros Templarios como brazo armado de su protección, pero esta protección surge del conflicto que en el año 318 se narra, cuando se reúnen los Desposynis con el obispo de Roma, y en dicho momento Roma Ordena que los parientes de Cristo sean exterminados. La palabra desposyni procede del griego que significa del maestro, y fue usada, como aquí vemos, exclusivamente para las personas que era de la misma familia que Jesús. Aunque posteriormente se vinculará esta palabra estrictamente a los supuestos hijos de Jesús.
(continuará)
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