Padre y Madre son el cielo y la tierra, son la forma y la no forma, lo masculino y lo femenino, lo suave y lo fuerte, la existencia y la no existencia, el Nirvana y el Samsara, lo real y la ilusión.
Honrarlos es darle a cada uno el lugar que le corresponde, a ambos simultáneamente, no se puede honrar a uno y luego a otro, esto es importantísimo, es la forma de obtener larga vida en la tierra que Jehová te da, tal como dice el texto bíblico.
Honrar al padre y madre es honrar a los opuestos y a la dualidad, esto puede causar conmoción sobre todo cuando he explicado que la dualidad debe ser trascendida. Y la clave está precisamente en esta frase: Trascendencia.
Cuando se dice honrar padre y madre, ¿significa que debe uno permanecer para siempre con su padre y su madre, en la casa familiar y hacer todo lo que ellos ordenen tal como si fuéramos niños aún?. Claramente no, uno debe trascender a su padre y a su madre cuando le llegue el momento, cuando se pueda sostener por sus propios pies, cuando pueda establecerse más allá del alcance de ellos dos, y de la misma forma exactamente, el ser humano vive en medio de la dualidad hasta que es capaz de trascenderla, hasta que puede ir más allá de ella, pero, ¿qué harás una vez que hayas logrado emanciparte?, ¿los tratarás de destruir, dañar o herir?, ¿los olvidarás simplemente como el peor de los desagradecidos?.
No, la dualidad existe y en este nivel ya no lucha el Iniciado contra ella, empieza a conocer las virtudes de la dualidad, el hecho maravilloso de que la ilusión existe y puede resultar muy útil.
Hay dos peligros de los que debe cuidarse la persona en este punto:
1) Vivir apegados a sus padres, o a alguno de los dos. Vivir con apego a los padres es no soltar a la dualidad, no querer trascenderla, desear ser siempre un muñeco arrastrado por las corrientes tormentosas del Samsara. Vivir con apego a uno de los dos son las dos clases de apegos: Apego a la existencia o apego a la no-existencia, tales cosas ya han sido explicadas anteriormente.
2) El ser desagradecido con los padres y deshonrarlo. Esto es una forma de apego a la no existencia, cuando la persona se ha percatado de que la dualidad es intrínsecamente ilusoria, entonces caerá en el sufrimiento de sentir que su vida es una mentira, y ciertamente lo es, pero si en verdad trascendió la dualidad mentira o verdad le debe saber a lo mismo. Muchas veces estas personas se vuelven depresivos y autodestructivos porque Marte se pone en retrogrado, o se vuelven agresivos hacia los demás porque Marte está en movimiento directo, sea como sea, esto es algo que debe ser evitado si uno quiere larga vida.
Bien, la liberación del mundo material se obtiene en esta esfera y se asienta en la siguiente (Chesed), luego solo quedan las tres esferas supremas que por ser supremas indican que no tiene que ver con la actividad del hombre propiamente dicho sino del hombre liberado y redimido, del servicio de Dios.
Para que tal liberación se lleve a efecto, deben coexistir lo humano y lo Divino, el padre y la madre, esto es esencial. Me gustaría que lo tomaran muy en cuenta. Muchos creen que deben alcanzar un cielo de pura perfección donde la imperfección desaparezca del todo, esto es una tontería que solo es realizable en la mas recalcitrante ignorancia. Cuando la liberación tiene lugar, tanto lo real como lo ilusorio coexisten, pero no pueden amarrarte ni obligarte a hacer nada, aunque no se lucha ni con uno ni con otro, esto es honrar al padre y a la madre.
Esto es la verdadera Justicia, la verdadera Ley, la verdadera fuerza, Gueburah en su esplendor. Aquí todo permanece en equilibrio, y no hay que hacer nada, ni luchar, ni pelear, ni esmerarse, entonces puede entrar uno en el Sabbat, que es la cuarta esfera.
(continuará)