El poder, compendio de todas las tentaciones (II)
En el Reino de Dios, el poder será absolutamente distinto del poder que ejerce el ejército de Satanás, que es el de la dominación y la opresión, mientras que el poder de Dios es el del servicio y la libertad.
Todos los reinos y naciones de este mundo, son gobernados por el poder de la dominación y la fuerza. La estructura del Reino de Dios, vendrá determinada por el poder del servicio espontáneo y amoroso que las personas se presten unas a otras. Más no hay que confundir los dos modos diferentes en que puede ejercerse y entenderse la autoridad y el poder, ya que la diferencia entre ambos es la que hay entre dominación y servicio. El poder de esa nueva sociedad, no es un poder que haya de ser servido ante el cual el hombre debe inclinarse y hacer lisonjas, sino que tiene una gran influencia en la sociedad y la vida de las personas porque está a su servicio, y es tan desinteresado, que es capaz de servir a los hombres incluso muriendo por ellos.
En los relatos de Mateo y Lucas, las tentaciones se resumen en una llamativa urgencia a utilizar el poder de Dios, si bien con móviles distintos. Así: La primera tentación, pretende una utilización del poder en beneficio propio. Un milagro egoísta y frívolo. La segunda, propone una exhibición del poder como afirmación admirativa y manifestación espectacular: La  ostentación. La tercera, incita a una ambición de poder, unida, como su ampliación, a la acumulación de la riqueza y el oropel. Idolatría, poder y riqueza.

(continuará)

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