Autora: M.L.A.+ 
INTRODUCCION
Vivimos en un mundo en el que todo va, cada vez más rápido, nuestros pensamientos y emociones van más rápido, de hecho nos abordan sin descaso, y buscamos cualquier distracción para  no enfrentarnos a nuestro mundo interno, a nuestro yo interno. La meditación nos enseña la necesidad de la  disciplina, ya que es necesaria, porque necesitas buscar todos los días un espacio para ti, debe ser siempre a la misma hora para poder estar a solas contigo mismo.
Es sumamente importante, primero, poder diferenciar claramente los estímulos que provienen del Yo Superior de aquellos que proceden de la actividad ordinaria que el cerebro efectúa en base a las asociaciones causadas por los impulsos del mundo exterior.
Formas de producir estados espirituales. Una vez que hemos aprendido a identificar correctamente estas dos actividades mentales un siguiente paso será el de producir los estados espirituales en los que la actividad mental proveniente del Yo Superior se vea favorecida y esto se puede hacer de diferentes formas: Meditaciones, oraciones, elevación de nivel vibratorio mediante un cambio de estado anímico a voluntad, o bien frecuentando aquellos lugares cuya atmósfera psíquica predispone al ser a un estado superior de conciencia.
Así pues, la segunda práctica, será la de provocar esos estados específicos espirituales, en los que nos aislemos por momentos de las sensaciones exteriores, para concentrarse exclusivamente en aquellos impulsos que provienen de su nuestro ser interior.
Aislarse del mundo exterior para centrarse en el ser interno.
Es difícil encontrar personas lo suficiente disciplinados como para aislarse del mundo exterior con facilidad, es preciso entonces, mencionar algunas líneas que puedan servir de guía a todas aquellas personas que aún tienen problemas para encerrarse en su santuario interior.
Cabe mencionar que todo el problema reside en un enfoque de atención, porque aislarse de la realidad exterior no significa cerrar los oídos, los ojos y el resto de los sentidos para poder captar la realidad interior, tampoco significa encerrarse en un cuarto aislado a prueba de ruidos para lograr este mismo objetivo. Tenemos la capacidad, aunque muchas veces no entrenada, de poder enfocar la totalidad de la atención a su mundo interno, sin embargo, la nula experiencia que se posee, muchas veces nos incapacita para efectuar este tipo de tarea.
DESARROLLO
Reglas para favorecer la concentración en el ser interior. Como ejercicio para fortalecer la concentración en el ser íntimo, tenemos siete reglas:
1) La respiración.
Un control efectivo sobre la respiración en la cual se aconseja: mantener un ritmo de siete tiempos para la inhalación, tres tiempos de retención, siete tiempos para exhalación tres tiempos nuevamente para retención.
El ejercicio de este tipo de respiración, produce tarde o temprano estados anímicos especiales en donde se ve favorecida la atención interna.
2) La relajación.
Relajen su cuerpo. La relajación no es otra cosa que evitar estímulos provenientes de incomodidades o insatisfacciones que el organismo continuamente está mandando al cerebro y por lo tanto llamando su atención. Es preciso relajar el cuerpo de una manera total y completa, es decir con esto que la relajación no debe ser exclusivamente de músculos, sino también de los órganos internos. Una vez que los músculos han sido relajados mediante la acción de la voluntad del hombre, es preciso pasar a revisar cada uno de los órganos internos del cuerpo y visualizarlo en completa calma y reposo. Esto permite que la conciencia humana no reciba o al menos se reduzcan al mínimo, los estímulos provenientes del organismo.
3) Cruzar las manos y los pies.
Es preferible cruzar las manos y los pies para cerrar de esta manera el circuito. La posición de Loto tan acostumbrada en las meditaciones orientales, es una posición excelente para la meditación, sin embargo, la anatomía no permite muchas veces este tipo de posiciones, sin embargo, cruzar los pies y las manos, o bien, teniendo las manos en la posición de meditación efectuando alguno de los Mudras que ustedes conocen, definitivamente producirá un efecto si no óptimo sí positivo, que favorecerá la meditación.
4) Ojos cerrados.
Es preciso que sus ojos permanezcan cerrados porque de esta manera se evita cualquier estímulo de luz proveniente del exterior. Sin embargo, no únicamente los ojos cerrados eliminan los estímulos de afuera, sino que es preciso antes, efectuar un ligero movimiento de los ojos en círculos, para que de esta manera el músculo ocular también se vea relajado a la hora de efectuar meditaciones. Es muy común encontrar entre los estudiantes, que los párpados permanecen vibrando y los ojos inquietos aún cuando estos permanezcan cerrados.
5) Quietud mental.
La quietud mental se logra una vez que la respiración ha sido armonizada; la quietud mental se logra poniendo la atención en la respiración, de esta manera el flujo de pensamientos disminuirá y no deberá ser atendido ninguno de los pensamientos que crucen por la mente. Dejar fluir es uno de los secretos para evitar perder la concentración.
No bloqueen sus pensamientos, al contrario, déjenlos fluir mientras su atención permanece en la respiración; de esta forma su flujo mental irá disminuyendo hasta llegar casi hasta la inactividad.
6) Irradiación de amor.
Una vez que su ritmo mental ha bajado, empiecen a trabajar con los aspectos astrales, es decir, irradien amor hacia todo el Universo, hacia toda la Creación, dejen que su cuerpo y su conciencia sean invadidos por ese estado de armonía interna que produce exclusivamente ondas e irradiaciones de amor de una naturaleza de vibración muy alta.
7) Atención en el Maestro interno.
Finalmente, como séptimo paso, pongan toda su atención en el MAESTRO(Jesucristo), en ese Maestro Interior que nos ha venido acompañando desde el principio de los tiempos y que seguirá con nosotros hasta el final de los mismos. Irradien amor hacia Él y siendo el Amor una fuerza de Unión, inevitablemente producirá un acercamiento con Él.

(continuará)

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