La ruta proseguía hasta Conques, donde se halla el Santuario de Santa Foy. Más adelante se llegaba a Moissac, donde la Orden de Cluny, que tanto ayudaba a los peregrinos, construyó allí en el siglo XI su famosa abadía, muestra excepcional del arte románico, llegando por último a Ostabat.
La gran ruta francesa, la vía Tolosana, concentraba en Arlés a los peregrinos de la Provenza e Italia. Esta ciudad, fue muy importante desde que Constantino la hizo segunda capital de su Imperio. En ella encontramos la Catedral de Saint Trophime, del siglo IV, habiéndosele añadido en el XII un pórtico y nave románica. Mas adelante, en Saint Gilles, nos encontramos con una abadía reconstruida en el siglo XII en cuya cripta se encuentra sepultado este santo. Se continuaba por un desfiladero, se llegaba a Toulouse, con su Hospital de Santiago, que fue destruido. Esta ciudad, era el centro literario y artístico en la Edad Media, donde había una magnífica Basílica del siglo XI, con un campanario octogonal y en su cripta un relicario de Santiago.
Saliendo de Toulouse se pasaba por varias poblaciones hasta llegar a los Pirineos, donde atravesando el valle de Aspe y las montañas del puerto de Somport, se llegaba a Jaca, primera ciudad española de la ruta, cuya espléndida e impresionante Catedral, obra maestra del arte románico, siempre estaba abierta para los peregrinos. Desde allí, se continuaba hacia Puente de la Reina, donde se unía esta ruta con ls otras descritas, procedentes de Roncesvalles por Pamplona. Ya desde aquí, la ruta es única para Compostela, siempre hacia el Oeste, como marcaba en el cielo el “Camino de Santiago, la constelación de la Vía Láctea, que de ahí viene su nombre.
(continuará)
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