Los peregrinos, sin protección y absolutamente indefensos, hacían largas jornadas de camino hacia Compostela, atravesando zonas peligrosas expuestos al asalto de los ladrones e incluso con alguna incursión de las tropas musulmanas que los llevase cautivos al Califato andaluz. Las ciudades que tenían murallas, daban cierta seguridad, pero ésta era momentánea, ya que en cuanto se ponían en camino, volvían a estar en gran desamparo si no se unían a otros peregrinos que iban a caballo y armados.

Se echaba en falta una milicia que recorriese los caminos que iban a Santiago para defender a los muchos peregrinos. Hubo así, la iniciativa de un grupo de caballeros, que se juramentaron para dedicar su vida a la protección de estos peregrinos. Así nació la Orden de Santiago, que con el correr de los siglos, llegó a convertirse en una gran fuerza, tanto militar como política, ya que cuando no fue necesario proteger los caminos, se dedicaron a la Reconquista. El primer dato sobre esta Orden, lo encontramos en el 1.169, fecha en que fijan la conversión de los caballeros memoriales antiguos del Archivo de Uclés. Ya entonces, se habían unido los caballeros santiaguistas a los canónigos de San Agustín, en el monasterio de Loyo que tenían en la ciudad de León. En 1.171, el Arzobispo de Santiago, reciben por canónigo al Maestre Pedro Fernández y por vasallos y soldados del apóstol a todos los caballeros de la Orden. Por aquella época, la Orden había obtenido varias donaciones del rey Fernando y entre ellas, la de un hospital de peregrinos, llamado de San Marcos (hoy Parador nacional), que fue construido para que los”ricos-hombres”, recibieran hospitalidad cuando iban de ida y vuelta a Santiago.

Los caballeros de la Orden de Santiago, garantizaban a los peregrinos una gran seguridad, ya que iban en corceles, llevaban cota de acero y un gran manto blanco con una cruz roja que les hacía distinguir desde lejos, y recorrían los caminos atentos a las incursiones musulmanas o a prevenir los actos vandálicos de los bandoleros. Por tanto, pronto se inicia el auge de la Orden, que ya no era sólo para el amparo de los peregrinos, sino que llegan a formar un verdadero ejército de caballeros, con una gran disciplina y organización que les proporcionaban una fuerza nunca vista antes.

Todo esto, hace surgir una prevención en la Corte del rey hacia la Orden, que se hace mayor cuando el rey Fernando II de León, desconfía de ellos y surgen tales desavenencias, que son expulsados por el rey de sus posesiones, quedándose con todas sus propiedades. Pero el Maestre con sus caballeros, los clérigos y el Prior de la Orden, se presentan ante el rey de Castilla, Alfonso VIII, que los acoge con agradecimiento por su lealtad y les da posesiones en tierras de Castilla, entre ellas el castillo de Uclés, a condición de que hagan allí la residencia maestral. A partir de ahí, llegan a ser uno de los mejores ejércitos de la Reconquista, llegando a tener extensas posesiones.
(continuará)

Copyright. Todos los derechos reservados. Orden del Temple.