La segunda mitad de la energía
creadora dirigida hacia arriba por la columna vertebral es el fuego
espíritoespinal o serpiente de sabiduría. Va ascendiendo gradualmente, y cuando
en el cerebro llega al cuerpo pituitario y a la glándula pineal, pone en vibración
estos órganos, abre los mundos espirituales y capacita al hombre para
comunicarse con los dioses. Entonces irradia este fuego en todas direcciones,
penetra por el cuerpo entero y su aura, y el hombre se convierte en la piedra
viva, cuyo fulgor supera al del diamante o del rubí. Es entonces él la piedra
filosofal.

Hay otros muchos símbolos y
símiles tomados de la técnica química y aplicados al proceso espiritual que
eventualmente convierte a los hombres en piedras vivas del Templo de Dios; pero
bastante hay con lo dicho para demostrar lo que los alquimistas querían dar a
entender con los términos que empleaban y por qué encubrían bajo simbólico
lenguaje las verdades de sus enseñanzas. 

Sin embargo, el sendero de la Iniciación está y ha estado siempre abierto para quien quiera que real y
sinceramente desee iluminación y se avenga a pagar el precio en la moneda de
abnegación y sacrificio. Por lo tanto, buscad la puerta del Templo y la
hallareis; llamad y se os abrirá. Si buscáis devotamente y con insistencia
llamáis y virilmente trabajáis, alcanzareis con el tiempo la meta y os
convertiréis en la piedra filosofal. 

(continuación)

Orden de Sión+++