En primer lugar, sabemos que
hubo un tiempo en que el evolucionante hombre era hermafrodita, macho y hembra,
capaz de crear por sí mismo, y también sabemos que por entonces era semejante a
la planta en otros aspectos. Su conciencia era como la que poseemos en sueño
sin ensueños, la misma que la planta.
hubo un tiempo en que el evolucionante hombre era hermafrodita, macho y hembra,
capaz de crear por sí mismo, y también sabemos que por entonces era semejante a
la planta en otros aspectos. Su conciencia era como la que poseemos en sueño
sin ensueños, la misma que la planta.
La vital energía que asimilaba a
su cuerpo, se empleaba toda en el crecimiento, hasta que llegado el tiempo de
la propagación de la especie, surgió un nuevo cuerpo en brote que había de
crecer, sin que entonces tuviera el ser humano incentivo alguno para la acción
y si lo hubiera tenido carecía de mente y voluntad que la dirigieran.
su cuerpo, se empleaba toda en el crecimiento, hasta que llegado el tiempo de
la propagación de la especie, surgió un nuevo cuerpo en brote que había de
crecer, sin que entonces tuviera el ser humano incentivo alguno para la acción
y si lo hubiera tenido carecía de mente y voluntad que la dirigieran.
Para emancipar a la humanidad de
esta negativa condición, la mitad de la fuerza creadora reascendió guiada por
los ángeles para construir un cerebro y una laringe, a fin de que el hombre
aprendiera a crear con el pensamiento, como las divinas Jerarquías, y expresar
en palabras el creador pensamiento. Así el hombre cesó de ser físicamente
hermafrodita para convertirse en unisexual. Ya no podía crear por sí mismo
físicamente como las plantas, ni psíquicamente como los Elohim o como los
Jerarcas hermafroditas a cuya imagen y semejanza fue originariamente formado,
por lo que hoy día ocupa una inenvidiable posición intermedia entre el vegetal
y el dios.
esta negativa condición, la mitad de la fuerza creadora reascendió guiada por
los ángeles para construir un cerebro y una laringe, a fin de que el hombre
aprendiera a crear con el pensamiento, como las divinas Jerarquías, y expresar
en palabras el creador pensamiento. Así el hombre cesó de ser físicamente
hermafrodita para convertirse en unisexual. Ya no podía crear por sí mismo
físicamente como las plantas, ni psíquicamente como los Elohim o como los
Jerarcas hermafroditas a cuya imagen y semejanza fue originariamente formado,
por lo que hoy día ocupa una inenvidiable posición intermedia entre el vegetal
y el dios.
Cuando la mitad de la energía
sexual del hombre se desglosó para construir el cerebro, quedose desvalido e ignorante
de cómo dominar su condición. Ni siquiera sabía conocer las dificultades y la
humanidad hubiera perecido de no recibir ajeno auxilio. En consecuencia, los
ángeles lunares, que eran los guardianes de la humanidad, congregaban
periódicamente los sexos en espaciosos templos, cuando las interplanetarias
líneas de fuerza eran propicias a la procreación, y así perpetuaban la raza
humana.
sexual del hombre se desglosó para construir el cerebro, quedose desvalido e ignorante
de cómo dominar su condición. Ni siquiera sabía conocer las dificultades y la
humanidad hubiera perecido de no recibir ajeno auxilio. En consecuencia, los
ángeles lunares, que eran los guardianes de la humanidad, congregaban
periódicamente los sexos en espaciosos templos, cuando las interplanetarias
líneas de fuerza eran propicias a la procreación, y así perpetuaban la raza
humana.
También se resolvió que una vez acabado de construir el cerebro, los
Señores de Mercurio, Hermanos Mayores de nuestra humanidad y de excelsa
inteligencia, nos enseñarían a usar la mente y darle creadora eficacia, de modo
que ya no dependeríamos por más tiempo del prevaleciente procedimiento de
generación sexual. Así, por obra de dichas dos grandes Jerarquías se había de alzar
la humanidad de la inconsciencia hasta la primera tea de la inteligencia
creadora, desde la planta hasta el dios.
Señores de Mercurio, Hermanos Mayores de nuestra humanidad y de excelsa
inteligencia, nos enseñarían a usar la mente y darle creadora eficacia, de modo
que ya no dependeríamos por más tiempo del prevaleciente procedimiento de
generación sexual. Así, por obra de dichas dos grandes Jerarquías se había de alzar
la humanidad de la inconsciencia hasta la primera tea de la inteligencia
creadora, desde la planta hasta el dios.
(continuará)
Orden de Sión+++