Estos
principios, me parecen correctísimos, pero tomando en cuenta el camino de la Regeneración
Integral que nos proponemos seguir, por lo que me atrevo a
daros unos datos complementarios.
Nuestra
alimentación, es la principal causante de la penetración de las toxinas en el
cuerpo, y por consiguiente, prepara el terreno favorable a las enfermedades
cuando además a veces las provoca. Además, un cuerpo denso, grosero, enfermo,
impuro, sin sutileza, entenebrece el alma y entorpece el Espíritu.  Es aconsejable pues, por nuestra alimentación,
esforzarnos por introducir en nuestro ser 
luz y vida y prohibir la entrada a los agentes de las tinieblas y la
muerte, tomando las precauciones siguientes:
Ø    
Buscar
siempre el alimento más sano, más fresco, más natural, rechazando todo lo
químico, especialmente los aditivos.
Ø    
Se
puede comer de todo, pero moderadamente, si el alimento es natural y portador
de vida.
Ø    
Es
aconsejable, eliminar radicalmente toda grasa para la cocina como la
mantequilla animal, mantecas, etc., salvo el aceite de oliva con moderación, ya
que tiene muchas calorías y es necesario evitar el sobrepeso.
Ø    
Es
aconsejable también, una cierta armonización con la Madre-Tierra,
comiendo verduras, legumbres y frutos de la estación; cereales como el pan,
completo o semicompleto, es recomendable ya que es un alimento básico y
regulador, aunque también con moderación.
Ø    
Usar
de preferencia sal marina (salvo los hipertensos, mejor usarla sin sodio),
azúcar moreno (es decir, sin refinar), harina completa o semicompleta, leche y
quesos frescos.

El
guisar, es también importante. Se debe guisar lentamente, con agua o vapor, a
la plancha, día a día, y advertimos que los platos preparados con antelación,
no son recomendables. El comer, debe ser cuidadoso también, debe hacerse
lentamente, sin prisas, masticando bien, pues lo que hagan nuestros dientes no
tendrá que hacerlo el estómago. Debemos bendecir la mesa antes de comenzar las
comidas, no sólo para dar las gracias a Dios, sino que así eliminamos las malas
vibraciones que puedan haber en los alimentos, por las personas que los han
manipulado y el sufrimiento de los animales en su sacrificio. Comer a horas
fijas las 3 ó 4 comidas predeterminadas, evitando comer entre ellas bocadillos
o tapas, y sobre todo, cuidemos el desayuno.
                                      
El
complemento de la alimentación sana, es el ejercicio físico, muy necesario para
el buen funcionamiento del cuerpo, en particular del sistema cardiovascular y
de los órganos cuya activación y regulación influyen sensiblemente sobre el alma.
Y llamo otra vez vuestra atención, sobre la importancia de la Respiración voluntaria
y disciplinada como medio regulador y compensador de nuestras emociones. Cada
acto o acción importante, debería siempre estar precedido de tres respiraciones
completas y profundas. Un ejercicio mínimo cotidiano, es imprescindible,
preferentemente al aire libre, y si no hay otro remedio, pues en alguna
habitación.
¿Por
qué todas estas precauciones?. Porque el cuerpo no es un traje o un simple
vehículo transitorio como algunos creen. El cuerpo es el Templo del Espíritu,
un Templo a redimir por el Espíritu y por lo tanto SAGRADO. Además, es modelo
único y destinado a resucitar, y su glorificación depende de lo que hacemos con
él o de cómo lo tratamos. Sirve de arquitectura a nuestro microcosmos, que ha
sido creado y formado a la imagen y semejanza de Dios. Debemos por ello,
cuidarle, perfeccionarle, sutilizarle, transformarle, y si es posible,
transfigurarle y transmutarle. Es nuestro navío, nuestro carro para alcanzar el
Plan superior, nuestro Atanor y nuestro Grial, merece pues, nuestra mayor
consideración. Más adelante, os explicaré la utilización de las piedras
alquímicas en la regeneración y eventual transmutación del cuerpo.

(continuará)

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