Aparte de la Linterna, otro elemento arquitectónico que atrae la atención es la torre, que se alza en el lado oeste del edificio. ¿Cual es su función?. Seguramente, no servía sólo para encender el fuego, ya que su destino con fines defensivos se excluye enseguida, por las mismas razones que no permiten a la Linterna ser faro y el acceso al techado, hubiera podido solucionarse utilizando una elemental rampa de madera cuando fuese necesario, sin tener que construir una compleja escalera de caracol de piedra. Se accede a la escalera por una exigua apertura, protegida actualmente por una reja, justo enfrente del altar. Subiendo los peldaños triangulares, otra particularidad interesante que estimula a  buscar respuestas, es constituida por los tres nichos que se abren a cada vuelta de la espiral y el del primer nivel es el más sencillo, casi tosco.

El segundo, presenta una mayor decoración  con una pequeña y esbelta columna, y en el último, donde hay espacio suficiente para dos personas, apreciamos un minúsculo capitel con piñas, símbolo de inmortalidad. Puede tomar terreno la hipótesis de la permanencia de los nuevos adeptos por tres días y tres noches en la torre, a cada uno de los niveles, así como el Cristo estuvo tres días y tres noches en el sepulcro antes de Su Resurrección, subiendo hasta el último, cercano a la Linterna donde se encendía el fuego, cuya luz anunciaba la “muerte Iniciática” del discípulo. La primera noche, transcurría en la oquedad más baja, como una semilla, en el silencio y la oscuridad, y continuar la incubación reviviendo el proceso de gestación de todos los seres que se preparan a la vida. Las dimensiones de los dos primeros nichos propician una postura encogida, casi fetal, para el neófito que, alcanzada la última meta de su estancia, termina en la cámara Iniciática que le acerca a la Luz.

Se cumple el renacer a una nueva vida, entrando como nuevo miembro de la Orden, avanzando el discípulo en su camino griálico, y adquiría, entre otras cosas, el Conocimiento Superior, la Sabiduría, el Equilibrio que se basa sobre el discernimiento entre los opuestos, la Luz y las tinieblas, lo Divino y lo terrenal, sobre el entendimiento de la imposibilidad de existencia el uno sin el otro y la inexistencia de una clara línea de demarcación entre los dos. La compenetración para interpretar el Universo y alcanzar el Conocimiento que lleva más allá del bien y del mal, y que no está, ni puede estar, al alcance de todos.

(continuará)

Orden del Temple+++