Los Levitas
Merecen una mención los Levitas, pertenecientes a la tribu de Leví, pese a sus orígenes históricos aún no suficientemente esclarecidos y cuyo número oscilaba entre los diez mil miembros.
Cuando en tiempos de Salomón fue decretada la centralizad del culto, esto supuso la desaparición progresiva de varios santuarios distribuidos por todo el territorio.
Los Levitas, miembros del clero, se fueron recolocando al servicio único del Templo como auxiliares de los sacerdotes, una especie de lo que hoy llamamos sacristanes. Ejercían dos tipos de trabajos, uno litúrgico, a cargo de la música y el canto para las ceremonias, y otro de limpieza y seguridad del Templo. Eran los guardianes y policías que vigilaban día y noche.
Su pertenencia al grupo de los Levitas era hereditaria, y constituían un conjunto con escasos recursos económicos, dado lo bajo de sus salarios, salvo los más elevados cargos del escalafón, como jefes de los guardias o de la policía. Sin duda, varios de ellos participaron en el prendimiento de Jesús en el Huerto de los Olivos, y era ese grupo armado con espadas y palos del que habla Marcos y del que Juan precisa: “Unos policías de los Pontífices y fariseos entraron allí, con linternas, antorchas y armas”.
El reducto de los Saduceos era la ciudad de Jerusalén y el Templo su ámbito concreto. Por eso mismo, no tenían contacto con el pueblo y detestaban especialmente a los “iluminados” y autoproclamados Mesías, que surgían siempre como una amenaza que amenazaba su estatus, sumamente conservador.
(continuará)
Copyright. Todos los derechos reservados. Orden de Sión