Esto quiere decir, que cuando sentimos el Yo interno dentro de nosotros, es el reflejo del yo exterior y como toda la Creación es copia del Todo, lo que en el individuo ocurra, es ocurrido en el Todo, así que el Yo interno es el reflejo del Yo del Todo, o como decía Platón, la Verdad se refleja en la materia, es su chispa interior que está encarcelada en ella.
¿Qué ocurre cuando este nuevo ser energético, tras la muerte, ya existe como unión de todo lo pasado, y puede vencer los empujes de las energías de emanación del Todo y así expandirse ilimitadamente como esencia de energía atómica?. El Todo es una creación física, como podemos ver a simple vista: Tierra, elementos, planetas, todo es físico. Por ello, cualquier emanación de energía corporal de la Tierra, incluso las telúricas producidas por los ríos de la Tierra y los movimientos de las placas teutónicas en constante fricción en el subsuelo, será más fuerte que la energía corporal de un individuo, de un hombre, pero no habrá en estas energías de la mente, que es más fuerte que la emanada en la corporal. Por tanto, se expandirá ilimitadamente, pero hasta la estratosfera, hasta los cielos, hasta la atmósfera, que tomando contacto con las energías planetarias que frenan la expansión de la Tierra frente a la de los planetas, haciendo o provocándose un choque, que desprenderá energía hacia el interior de la Tierra, en choque con las recién emanadas.
De esta forma, como las energías del pensamiento son mas fuertes que las corporales, la porción del pensamiento del Yo, en esta devolución hacia el interior de la Tierra, tendrá una fuerza y una expansión mayor que la física, así que su expansión sería mayor. Tendríamos aquí la explicación de la reencarnación.
Los egipcios, desconocido su misterio hasta nuestros días, construían pirámides para canalizar la salida de los espíritus o energías de la mente y cuerpo, para vencer las fuerzas de la Tierra, y que la energía del fallecido, llegue incluso hasta una constelación, puesto que al salir de una pirámide, esta energía física y psíquica del individuo, salía en expansión ilimitada gracias a la potencia de la energía piramidal, con la cual vencía a las fuerzas restantes, para llegar a una estrella en concreto, por ejemplo Sirio, que representaba a Isis, la Madre.
  
Como vemos, todo forma parte del Todo y del individuo a la vez. Por ello la expresión literaria de Heminway en su libro “¿Por quién doblan las campanas?” es cierta. Cuando alguien muere, no preguntes por su identidad, preocúpate por ti,  pues una parte de ti ha muerto, ya que en esta colectividad todos los humanos estamos unidos en un gran animal, el humano, que es parte del gran animal del Todo. Como llamaría Tomas Hobbes, el Leviatán como unión de los hombres.
Por ello, la mente que halla estado emanando energías fuertes, gracias a su potencial, engendrará un Yo energético tan fuerte, que pueda vencer a las energías telúricas de la Tierra y de los planetas, para volver al Origen, pues a recordar que todo el Universo es un solo Ser, también un solo animal, también es físico, unión de galaxias y materia oscura. También de expande enfriándose sus núcleos que es exhalación de energía.
La fe es la voluntad, es la unión de todas las energías físicas en expansión de todo el Universo, puestas y concentradas en un punto de actuación, para así venciendo a las energías de expansión contrarias a las sendas a realizar, sean vencidas. Pero como vemos, igualmente que la fe es la expresión máxima de la energía física corporal, también el Alto Conocimiento, la Gnosis o Alto Grial, Gnosis Real, sería la máxima expresión de la energía del pensamiento. En unión, Alto Grial y fe, sería la expresión máxima del Yo interno o reflejo del externo, o sea, el Yo energético, Pero igual distancia hay entre la fe y el Grial, que entre la energía física del individuo y la energía de la mente. Pero las dos a la vez, es un Yo excelso.
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