Hermanos y Hermanas: Hoy comienza la Cuaresma y parece un buen momento para hacer un exámen particular sobre el espíritu de nuestra fe. Vamos a hacernos algunas preguntas y contestarnos con sinceridad. Ello medirá el tamaño de nuestra fe.
– ¿Vivo unido a Dios manteniendo habitualmente la consciencia de Su presencia en mi alma?.
– ¿Aprovecho todos los ratos de oración para dar empuje a mi vida de entrega?.
– ¿Soy feliz porque tengo a Dios, aunque me falten otras cosas?.
– ¿Deseo algo fuera de Él?.
– ¿Me preocupo por los problemas de todos los seres que me rodean?.
– ¿Doy a mis hermanos y hermanas, a los que viven conmigo, todo lo que puedo para hacerles la vida agradable?.
– ¿Encuentro paz y alegría en la Cruz?.
– ¿Sé ver en las menudencias de cada día la mano bondadosa de Dios?.
– ¿Ansío ver la voluntad del Padre por encima de todo aunque me suponga una grande renúncia?.
– ¿Encuentro en la humillación algo más que lo que tiene de costosa?.
– ¿Me atrae la vida oculta?.
– ¿Hago las cosas sólo por agradar a Dios?.
– ¿Trabajo interiormente por adquirir virtudes o me contento con la parte exterior?.