Entrada en Jerusalén. Semana Santa de Sevilla (España)

Se acercaban a Jerusalén, por Betfagé y Betania, junto al Monte de los Olivos y Jesús mandó a dos de sus discípulos diciéndoles: “Id a la aldea de enfrente y en cuanto entréis, encontraréis un borrico atado, que nadie ha montado todavía. Desatadlo y traedlo, y si alguien os pregunta por qué lo hacéis, contestadle que el Señor lo necesita y lo devolverá pronto.” Fueron y encontraron el borrico en la calle atado a una puerta y lo soltaron. Algunos de los presentes les preguntaron: “¿Por qué tenéis que desatar el borrico?”. Ellos les contestaron como les había dicho Jesús y se lo permitieron. Llevaron el borrico, echaron encima los mantos y Jesús se montó. Muchos alfombraron el camino con sus mantos y otros con ramas cortadas en el campo. Los que iban delante y detrás gritaban: “Hosanna, bendito el que viene en nombre del Señor. Bendito el Reino que llega, el de nuestro padre David. ¡Hosanna en el cielo!.
(Marcos 11, 1-.10)

Meditación

Señor, comienzan los misterios y entre ellos, la sin razón de la masa, que hoy te vitorea y el viernes pedirá tu muerte en la cruz. Pero el principal, es tu obediencia hasta la muerte, tu aceptación de ser crucificado por el amor infinito que nos tienes. Gracias, Señor mío y Dios
mío.

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