Fue Jesús a Nazaret, donde se había criado, y entró en la Sinagoga como era costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del Profeta Isaías y desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: “El Espíritu del Señor está sobre mi, porque Él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad y a los ciegos la vista; para dar libertad a los oprimidos, para anunciar el año de gracia del Señor”. Y enrollando el libro lo devolvió al que ayudaba y se sentó. Toda la Sinagoga tenía los ojos puestos en Él, y Él se puso a decirles: “Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír”. Y todos expresaban su aprobación y las palabras de gracia que salían de sus labios; y decían: “¿No es éste el hijo de José?”. Y Jesús les dijo: “Sin duda me recitaréis aquel refrán de “médico, cúrate a ti mismo”, haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún”, y añadió: “Os aseguro que ningún Profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país, sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del Profeta Eliseo, sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán el Sirio”. Al oír esto, todos en la Sinagoga se pusieron furiosos y levantándose lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abría paso entre ellos y se alejaba.
(Lucas 4, 16-30)
(Lucas 4, 16-30)
Meditación
Quiero que esa Escritura se cumpla en mi hoy, 31 de Agosto de 2.009. Quiero me anuncies el Evangelio porque soy pobre, que me liberes porque soy cautivo de muchos males y soy oprimido; que abra mis ojos a Ti y te conozca como mi Señor y Mesías. ¡Que importa que se enfaden los de Nazaret!, millones de discípulos en el mundo, te aclamamos como Hijo de Dios y ponemos nuestras vidas en tus manos.
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