Al enterarse Jesús de la muerte de Juan el Bautista, se marchó de allí en barca a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, le siguió por tierra desde los pueblos. Al desembarcar vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos. Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle: “Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que se vayan a las aldeas y se compren de comer”. Jesús les replicó: “No hace falta que vayan , dadles vosotros de comer”. Ellos le dijeron: “Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces”. Les dijo: “Traédmelos”. Mandó a la gente que se recostara en la hierba y tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunciando la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos y éstos se los dieron a la gente. Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron más de cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.(Mateo 14, 13-21)

Meditación

Señor, hay dos palabras tuyas en forma imperativa: Dadles de comer y traédmelos. Les invitas a colaborar en la obra de Tu amor, dar de comer al hambriento, de pan físico y pan espiritual, así como de afecto y de fe, y me invitas a que pueda también ser yo, humildemente, un instrumento para que otros puedan llegar hasta ti.

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