Sucedió que un sábado fue Jesús a comer a casa de un jefe fariseo. Al ver Jesús que los invitados escogían los asientos de honor en la mesa, les dio este consejo: “Cuando alguien te invite a una fiesta de bodas, no te sientes en el lugar principal, no sea que llegue otro invitado más importante que tu y que el que os invitó a los dos venga a decirte: Deja tu sitio a este otro. Entonces tendrás que ir con vergüenza a ocupar el último asiento. Al contrario, cuando te inviten, siéntate en el último lugar, para que cuando venga el que te invitó te diga: Amigo, pásate a este sitio de más categoría. Así quedarás muy bien delante de los que están sentados contigo a la mesa. Porque el que a sí mismo se engrandece será humillado y el que se humilla será engrandecido”.
(Lucas 14, 7-11)
MEDITACIÓN
Descubro, Jesús, que te interesan los comportamientos sociales que forman parte de nuestra convivencia, me enseñas a no vivir aislado, sino a integrarme en grupos, a saber captar lo que el otro me ofrece. Quiero aprender a vivir las reuniones y fiestas sin excesos y sentir que soy grande cuando me hago cargo de mi mismo.
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