Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer con ellos, dice a Simón Pedro: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?. Él le contestó: “Si, Señor, Tú sabes que te quiero”. Jesús le dice: “Apacienta a mis corderos”. Por segunda vez le pregunta: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas?”. Él le replica: “Si, Señor, Tú sabes que te quiero”. Jesús dice: “Pastorea a mis ovejas”. Por tercera vez le pregunta: “Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?”. Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y contestó: “Señor, Tú conoces todo, Tú sabes que te quiero”. Jesús le dice: “Apacienta mis ovejas; te lo aseguro, cuando eras joven, tu mismo te ceñías e ibas adonde querías, pro cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras”. Esto lo dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió: “Sígueme”.
(Juan 21, 15.19)

Meditación

Señor, Tú sabes que te quiero a pesar de que parezca que no, con los errores que tengo por mi debilidad humana. Yo confío siempre en Tu perdón, no como Judas, que creyó que era más grande su pecado que Tu misericordia.

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