Llegaron la madre y hermanos de Jesús y desde fuera lo mandaron llamar. La gente que tenía sentada alrededor le dijo: “Mira, tu madre y tus hermanos están fuera y te buscan”. Les contestó: “¿Quienes son mi madre y mis hermanos?”. Y paseando la mirada por el entorno dijo: “Estos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre”.
(Marcos 3, 31-35)

MEDITACIÓN

Señor, es maravilloso lo que me dices, que tengo un lugar reservado en el seno de tu familia, como un miembro más. Admiro tu respuesta y agradezco tu cercanía. ¡Dichosa María, gran mujer de fe!.

Orden del Temple, 2.013