Exclamó Jesús: “Padre, Señor de cielo y Tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Si, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre y nadie conoce al Hijo más que el Padre y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados y Yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mi, que soy manso y humilde de corazón y encontraréis vuestro descanso, porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera”.
(Mateo 11, 25-30)
MEDITACIÓN
Señor, haz que viva asociado a tu misterio, para que pueda llenarme de gozo con la manifestación de tu gloria.
Orden del Temple+++, 2.013