Cuando llegó la hora, Jesús y los apóstoles se sentaron a la mesa. Él les dijo: “¡Cuánto he deseado celebrar con vosotros esta cena de Pascua antes de mi muerte!. Porque os digo que no volveré a celebrarla hasta que se cumpla en el Reino de Dios”. Entonces tomó en sus manos una copa y habiendo dado gracias a Dios dijo: “Tomad esto y repartidlo entre vosotros. Porque os digo que no volveré a beber el fruto de la vid hasta que venga el Reino de Dios”. Después tomó el pan en sus manos y habiendo dado gracias a Dios, lo partió y se los dio a ellos diciendo: “Esto es mi cuerpo, entregado a muerte en favor vuestro. Haced esto en memoria de mi”. Lo mismo hizo con la copa después de la cena, diciendo: “Esta copa es el nuevo pacto, confirmado con mi sangre, la cual es derramada a favor vuestro”.

(Lucas 22, 14-20)

MEDITACIÓN

El mundo entero bebe de una sola copa de recursos. Seguir a Jesús, significa compartir lo que tenemos con todos.



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