Ilustre Teófilo: Muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han verificado entre nosotros, siguiendo las tradiciones transmitidas por los que primero fueron testigos oculares y luego predicadores de la Palabra. Yo también, después de comprobarlo todo exactamente desde el principio, he resuelto escribírtelos por su orden, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido. En aquel tiempo, volvió Jesús a Galilea, con la fuerza del Espíritu y Su fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas y todos le alababan. Fue Jesús a Nazaret donde se había criado, entró en la sinagoga, como era Su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: “El Espíritu de Dios está sobre Mi, porque Él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio  a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad y a los ciegos la vista. Para dar libertad a los oprimidos, para anunciar el año de gracia del Señor”. Y enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en Él, y Él se puso a decirles: “Hoy se cumple esta escritura que acabáis de oír”.
(Lucas 1, 1-4; 4, 14-21)

MEDITACIÓN

Señor, el Espíritu que te ungió está sobre ti y también sobre mi porque me ungió en el Bautismo y me envió al mundo para anunciar tu Evangelio. Ojalá se cumpla hoy y todos los días tu Palabra en mi vida y robustezca mi fe.

Orden del Temple, 2.013