Se acercaron a Jesús los discípulos y le preguntaron: “¿Por qué les hablas en parábolas?”. Él les contestó: “A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del Reino de los Cielos y a ellos no. Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra y al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender. Así se cumplirá en ellos la profecía de Isaías: Oiréis con los oídos sin entender; miraréis con los ojos sin ver, porque está embotado el corazón de este pueblo, son duros de oído, han cerrado los ojos, para no ver con los ojos ni oír con los oídos, ni entender con el corazón, ni convertirse para que Yo los cure. ¡Dichosos vuestros ojos porque ven y vuestros oñidos porque oyen!. Os aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que vosotros veis y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron”.
(Mateo 13, 10-17)
MEDITACIÓN
Señor, quiero dirigir  mi atención y mi vista hacia ti, para que me cures de mi sordera y ceguera, y del embotamiento de mi corazón. Mi salvación es obra tuya, sé que estoy en tus manos.
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