Se acercó a Jesús la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: “¿Qué deseas?”. Ella contestó: “Ordena que estos dos hijos míos se sienten en Tu Reino, uno a tu derecha y el otro a Tu izquierda”. Pero Jesús respondió: “No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber el cáliz que Yo he de beber?”. Contestaron: “Lo somos”. Él les dijo: “Mi cáliz lo beberéis, pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mi el concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene el Padre”. Los otros diez, que lo habían oído, se indignaron con los dos hermanos, pero Jesús, reuniéndoles les dijo: “Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros; el que quiera ser grande entre vosotros sea vuestro servidor y el que quiera ser el primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del Hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar Su vida en rescate por muchos”.
(Mateo, 20, 20-28)

Meditación

Señor, hoy se celebra la fiesta de Tu apóstol Santiago, patrón de España, a cuyo sepulcro viajan miles de peregrinos. Él dio su vida por Ti y por el Evangelio. Mientras siga mi peregrinar en esta vida, meditaré en Tu Palabra: No he venido a servir, sino a que me sirvan y dar la vida.

© Todos los derechos reservados. Orden del Temple, 2.009