Se apareció Jesús a los once y les dijo: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la Creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: Echarán demonios en Mi nombre, hablarán lenguas nuevas, tomarán serpientes en sus manos y si beben veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos y quedarán sanos”. Después de hablarles, el Señor subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que les acompañaban.
(Marcos 16, 15-20)

Meditación

Señor, con el final del Evangelio de Marcos evocamos Tu subida al cielo, pero también como nos acompañas de continuo en nuestra vida y la misión de ser tus testigos en el mundo del siglo XXI. No es tarea fácil como bien sabes, pero con Tu Espíritu todo es posible.

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