Dijo Jesús a sus discípulos: “Yo Soy la verdadera vid y Mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca y a todo el que da fruto lo poda, para que de más fruto. Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado, permaneced en Mi y Yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí si no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en Mi. Yo Soy la vid, vosotros los sarmientos, el que permanece en Mi y Yo en él, ése da fruto abundante porque sin mi no podría hacer nada. Al que no permanece en Mi lo tiran fuera como el saemiento, y se seca, luego los recogen, los echan al fuego y arden. Si permanecéis en Mi y  mis palabras en vosotros, pedid lo que deseáis y se realizará. Con esto recibe gloria Mi Padre, con que deis fruto abundante, así seréis discípulos míos”.
(Juan 5, 1-8)
MEDITACIÓN
Señor, eres tajante en tu palabra de hoy porque no me dices que mi fuerza decaerá si estoy separado de ti, no, ¡sin ti no puedo hacer nada!. Te agradezco que me digas la verdad sin tapujos. Separado de ti voy a la muerte, pero unido a ti, mis obras dan gloria al Padre, por lo que quiero permanecer siempre unido a ti, como el sarmiento a la vid y dar fruto abundante. 
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