María dijo: “Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador, porque ha mirado la humillación de Su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generacioes, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mi; Su nombre es santo y Su misirecordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con Su brazo, dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, Su siervo, acordándose de la misericordia (como lo había preometido a nuestrois padres), engavor de Abraham y su descendencia por siempre”. María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.
(Lucas 1, 46-56)
MEDITACIÓN
¡Oh Rey de las naciones, y deseado de todos los pueblos!. Piedra angular de los templos, que haces de dos pueblos uno solo, cantado por tu Madre en Su Magnificat. ¡Ven y salva al hombre contaminado por los barros de la tierra!. Soy tan frágil, que necesito afirmarme sobre ti, ven a mi vida y sé Tú mi rey.
Copyright. Orden del Temple, 2.012