En aquel tiempo Jesús vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado en el lugar donde cobraba los impuestos para Roma. Jesús le dijo: “¡Sígueme!”. Mateo se levantó y le siguió. Sucedió que Jesús estaba comiendo en la casa y muchos cobradores de impuestos y otra gente de mala fama, llegaron y se sentaron también a la mesa con Jesús y sus discípulos. Al ver esto, los fariseos preguntaron a los discípulos: “¿Cómo es que vuestro Maestro come con los cobradores de impuestos y los pecadores?”. Jesús los oyó y les dijo: “Los que gozan de buena salud no necesitan médico, sino los enfermos. Id y aprended lo que significan estas palabras de la Escritura: Quiero que seáis compasivos y que no me ofrezcáis sacrificios. Pues Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”.
(Mateo 9, 9-13)
MEDITACIÓN
Nuestra misión, es hablar por aquellos que no pueden hablar por sí mismos, curar a todos aquellos que no pueden curarse a sí mismos, dar de comer a aquellos que no pueden alimentarse a sí mismos. Ésas son las personas que quieren vernos como Jesús en sus vidas.
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