En aquel tiempo dijo Jesús: “No deis las cosas sagradas a los perros, no sea que se revuelvan contra vosotros y os hagan pedazos. Y no echéis vuestras perlas a los cerdos, para que no las pisoteen. Así pues, haced con los demás lo mismo que queréis que los demás hagan con vosotros. Esto es lo que manda la Ley de Moisés y los escritos de los Profetas. Entrad por la puerta estrecha, porque la puerta y el camino que conducen a la perdición son anchos y espaciosos, y mucos entran por ellos; pero la puerta y el camino que conducen a la vida son estrechos y difíciles y pocos los encuentran”.
(Mateo 7, 12-14)
MEDITACIÓN
Es triste saber que anda uno muy solo por el camino de la vida. Cuando se entrega algo valioso de uno sin escoger al interlocutor, sin dar tiempo a la custodia de lo más bello en mi, nos quedamos vacíos. Hay un espacio en el interior de cada uno. Que requiere algo de majestuoso y sublime: Son los espacios de Dios.
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