Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea, no quería que nadie se enterase porque iba instruyendo s sus discípulos. Les decía: “El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres y lo matarán, y después de muerto, a los tres días resucitará”. Pero no entendían aquello y les daba miedo preguntarles. Llegaron a Cafarnaún y una vez en casa, les preguntó: “¿De qué discutíais por el camino?”. Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quien era más importante. Jesús se sentó, llamó a los doce y les dijo: “Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos”. Y acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: “El que acoge a un niño como este en Mi nombre, me acoge a mi y el que me acoge a Mi, no me acoge a Mi, sino al que me ha enviado”.
Meditación
Señor, que incomprensible alineación de tus discípulos, discutiendo quien es el más importante, mientras Tú les hablabas que ibas camino del Calvario. Yo quiero ser tu discípulo, el último de todos y ser como un niño guiado y acogido por ti.
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