Un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: “¿Qué mandamiento es el primero de todos?”. Respondió Jesús: “El primero es: Escucha Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor. Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu mente, con todo tu ser”. El segundo es este: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay mandamientos más grandes que éstos”. El escriba replicó: “Muy bien Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de Él, y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los holocaustos y sacrificios”. Jesús viendo que había respondido sensatamente le dijo: “No estás lejos del Reino de Dios”. Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
(Marcos 12, 18b-34)

Meditación

Señor, yo quiero amarte de verdad y que nada pueda interponerse entre Tú y yo, y para ser acreedor de ello, intentaré amar a los demás como Tú los amas.


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