Había un fariseo llamado Nicodemo, jefe judío, que fue a ver a Jesús una noche y le dijo: “Rabí, sabemos que has venido de parte de Dios como Maestro, porque nadie puede hacer los signos que Tú haces si no está con Él”. Jesús le contestó: “Te lo aseguro, el que no nazca de nuevo no puede ver el Reino de Dios”. Nicodemo le pregunta: “¿Cómo puede nacer un hombre siendo viejo?, ¿acaso puede por segunda vez entrar en el vientre de su madre y nacer?. Jesús le replicó: “Te aseguro que el que no nazca de agua y Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. Lo que es de la carne, carne es, lo que nace del Espíritu, es Espíritu. No te extrañes de que te haya dicho “tenéis que nacer de nuevo”; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de donde viene ni adonde va. Así es todo lo que ha nacido del Espíritu!”.
(Juan 3, 1-8)

Meditación

Señor, mi Bautismo fue mi nacer de nuevo a una vida eterna, ya que la vida que me dieron mis padres acabará con la muerte física. La Vida que proviene de Ti no tiene fin y yo quiero gozar contigo de esa eternidad.

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