Dijo Jesús a sus discípulos: “Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros, rezad así: “Padre nuestro del cielo, santificado sea Tu Nombre, venga Tu Reino, hágase Tu Voluntad, así en la Tierra como en el cielo. Danos hoy el pan nuestro de cada día, perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido, no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno. Porque si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas”.
(Mateo 6, 7-15)

MEDITACIÓN

Señor, aún con mi poca fe, me uno a ti en la oración al Padre. Contigo pido, que Su Nombre sea santificado, que venga Su Reino y que se haga Su Voluntad en mi vida. También le pido el pan que necesito para cada día, que me perdone como yo quiero perdonar y que no me deje caer en la tentación y me libre el Maligno.

Orden del Temple, 2.013