En aquel tiempo, dijo Jesús: “Vosotros enviasteis a preguntarle a Juan y lo que él respondió es cierto. Pero Yo no dependo del testimonio de ningún hombre, solo digo esto para que vosotros podáis ser salvos. Juan era como una lámpara que ardía y alumbraba, y vosotros quisisteis gozar de su luz un poco de tiempo. Pero tengo a mi favor un testimonio de más valor que el de Juan. Lo que Yo hago, que es lo que el Padre me encargó que hiciera, prueba que de veras el Padre me ha enviado”.
(Juan 5, 33-36)
MEDITACIÓN
Que poco puedo presumir de mi luz, Señor, pero que alegría cuando la siento en mi pecho y dejo salir en mi mirada, en mis buenos deseos, en mis pensamientos positivos, en mis manos que no estropean, en mis pies que saben donde van…. ¿Sabes?, me atrae de Ti esa omnipotencia tuya y esa humilde dependencia de un poco de Mi para mis hermanos. ¡Gracias, Jesús!.
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